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El club más temido: el de los 25 millones de dólares

Todo comenzó hace décadas, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos enfrentó un desafío monumental: ¿cómo hacer frente a enemigos invisibles, a amenazas que cruzaban fronteras y ponían en peligro la seguridad nacional?
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Un club 25 de millones de dólares es temido y nadie quiere formar parte. Sus miembros tienen algo en común: sus nombres han estremecido al mundo y sus acciones los han convertido en los objetivos más buscados por Estados Unidos. Recompensas de hasta 25 millones de dólares pesan sobre sus cabezas, pero no como un premio, sino como una sentencia. ¿Quiénes son? ¿Qué hicieron para entrar en este infame grupo?

Las grandes recompensas: un legado del Departamento de Estado

Todo comenzó hace décadas, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos enfrentó un desafío monumental: ¿cómo hacer frente a enemigos invisibles, a amenazas que cruzaban fronteras y ponían en peligro la seguridad nacional? La respuesta vino de una idea tan simple como audaz: poner precio a la información. Así nació el programa Rewards for Justice, una estrategia diseñada para dar caza a los criminales más peligrosos y desmantelar redes de terror y corrupción en todo el mundo.

El origen del programa: una necesidad en expansión

La figura de las recompensas surgió formalmente en 1984, en plena Guerra Fría, un período marcado por la amenaza constante del terrorismo y las tensiones geopolíticas. El Congreso de Estados Unidos autorizó la creación del programa Rewards for Justice, con el propósito específico de ofrecer incentivos económicos a quienes proporcionaran información valiosa para prevenir actos terroristas o localizar a los responsables de estos crímenes.

La idea no solo era innovadora, sino también estratégica. En un mundo globalizado donde las amenazas ya no respetaban fronteras, el Departamento de Estado comprendió que el acceso a la información local y la colaboración internacional serían sus mejores armas. Así, con un fondo inicial aprobado por el gobierno, nació una de las herramientas más efectivas de inteligencia.

Los casos icónicos: una historia de exitos

El programa adquirió notoriedad con el caso de Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Estados Unidos ofreció una recompensa sin precedentes: 25 millones de dólares. La cifra resonó en todo el mundo, consolidando a Rewards for Justice como un símbolo de la determinación estadounidense por capturar a quienes representaban una amenaza existencial. La operación culminó en 2011, cuando fuerzas especiales ultimaron a Bin Laden en Pakistán.

Otro caso memorable fue el de Saddam Hussein, el dictador iraquí acusado de crímenes de guerra y genocidio. Una recompensa similar ayudó a reunir información crítica que facilitó su captura en 2003.

Maduro y Cabello: nuevos rostros en la lista

En un giro reciente, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, uno de sus aliados más cercanos, se unieron al exclusivo y polémico grupo de individuos con recompensas de hasta 25 millones de dólares. Ambos han sido señalados por el gobierno estadounidense como figuras clave en actividades de narcotráfico, corrupción y violaciones a los derechos humanos.

Su inclusión en este programa no solo eleva la presión internacional sobre el régimen venezolano, sino que también envía un mensaje contundente: nadie está fuera del alcance de la justicia. Según informes, esta estrategia busca fomentar fracturas internas en el círculo de poder chavista, incentivando a colaboradores cercanos a proporcionar información a cambio de protección,  asilo político y los 25 millones de dólares.

Por ahora, el gobierno de Venezuela sigue rechazando todas las acusaciones y sostiene que este tipo de acciones por parte de Estados Unidos forman parte de lo que denominan “una guerra política y mediática” contra la revolución bolivariana.

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