El cerco diplomático al régimen de Nicolás Maduro quedó escenificado en los márgenes de la Asamblea General de la ONU con reuniones e intervenciones; las cuales culminaron con el incremento de sanciones por parte de Estados Unidos y la condena del régimen narco-terrorista de la mayoría de países latinoamericanos.
Aunque en el seno de la ONU el régimen de Maduro aún cuenta con un considerable apoyo -que incluye a China, Rusia, Turquía, Irán y Cuba, entre otros-, en el foro multilateral y sus actividades paralelas han sido más audibles en las últimas horas las voces de sus detractores.
Sin la presencia de Maduro, que viajó a Rusia, ni de Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de cincuenta países, el protagonismo lo cobraron los países americanos que se reunieron con el presidente norteamericano, Donald Trump, para abordar la situación.
Al cónclave con Trump acudieron los gobernantes de Colombia, Iván Duque; Ecuador, Lenin Moreno; Chile, Sebastián Piñera; y Honduras, Juan Orlando Hernández; además de representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Panamá, Paraguay, Perú, Bahamas, República Dominicana, Haití, Jamaica y Santa Lucía.
Trump arremetió contra el «despiadado y corrupto» Maduro y de paso contra Cuba, a cuyo gobierno acusa de manejar los hilos de Venezuela.
El mandatario pidió aumentar la presión internacional contra La Habana como vía para debilitar a Caracas, prometió seguir respaldando al pueblo venezolano. También auguró que «todo se arreglará», sin aclarar cómo, más allá del endurecimiento de las sanciones de Washington sobre el régimen.
El gobierno estadounidense dio esta jornada una vuelta de tuerca a la presión sostenida que mantiene sobre Maduro al anunciar que prohibirá la entrada a su territorio a altos funcionarios de Venezuela y sus familiares.
También anunció una nueva ayuda de 118 millones de dólares para aliviar la crisis humanitaria tanto en Venezuela como en los países de acogida de la diáspora.
Al encuentro con Trump acudieron asimismo los miembros de la delegación que representa a Guaidó en la ONU, entre ellos su enviado diplomático, Julio Borges, quien agradeció el respaldo estadounidense, reiteró su denuncia sobre los vínculos entre Maduro y Cuba; y pidió que Latinoamérica presione a Europa para que tome medidas contra Maduro.
Crisis venezolana debatida en la ONU
También en el plenario de la ONU salió a la palestra la crisis venezolana, que centró buena parte de las intervenciones del colombiano Duque y el ecuatoriano Moreno, cuyos países son dos de los más afectados por la crisis humanitaria que ha llevado a más de cuatro millones de venezolanos a dejar su país.
Duque denunció desde la tribuna los supuestos vínculos terroristas y con el narcotráfico del régimen de Maduro. «Un eslabón más de la cadena del terrorismo transnacional que alimenta la violencia en Colombia por su protección a grupos armados en la frontera con el país cafetalero», dijo.
El gobierno colombiano ha elaborado un informe que entregará al Consejo de Seguridad de la ONU y al secretario del organismo multilateral, Antonio Guterres, sobre esos supuestos nexos ilegales de Caracas que violarían una de las principales resoluciones adoptadas por la comunidad internacional en materia de lucha contra el terrorismo.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, también dedicó buena parte de su discurso en el segmento de alto nivel a la crisis venezolana, a la que a su juicio la ONU debe buscar una «solución definitiva».
Moreno, cuyo país ha acogido a más de medio millón de migrantes venezolanos, calificó al Ejecutivo de Maduro de «gobierno de facto»; y pidió a la comunidad internacional que se siente «a dialogar por las víctimas de este conflicto, para ayudarles a salir de esta catástrofe que ha provocado un gobierno irresponsable».
Al paso de la catarata de críticas salió el canciller del régimen, Jorge Arreaza, quien acusó a los presidentes Duque y Trump de utilizar a Venezuela para distraer de los problemas internos como el narcotráfico, las dificultades de la paz en el caso colombiano y el posible proceso de destitución presidencial en el caso del estadounidense.
Preguntado por las acusaciones sobre los supuestos vínculos terroristas de Venezuela lanzadas por el mandatario colombiano, Arreaza contraatacó mostrando a los periodistas fotos de Juan Guaidó en las que, según dijo, se le podía ver junto a paramilitares que supuestamente le ayudaron el pasado febrero a cruzar la frontera.
Debate en la UE
El problema venezolano también estuvo sobre la mesa esta jornada en la sede de la Unión Europea en la Gran Manzana, donde se reunieron representantes del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela -auspiciado por la UE e integrado por países europeos y latinoamericanos- y miembros del Grupo de Lima.
En este encuentro a puerta cerrada estuvo presente el ministro español de Exteriores y candidato a alto representante de Política Exterior del bloque europeo, Josep Borrell; quien abogó por una solución pacífica y negociada a la crisis venezolana que desemboque en elecciones democráticas. También reiteró la «profunda preocupación» de su Gobierno por la paralización del proceso de Oslo.
Borrell, además, mantuvo contactos tanto con Arreaza como con Borges en los que transmitió a ambos la confianza de España de que se retomen lo antes posible las negociaciones.