El envío de dinero de los migrantes a sus familias en América Latina y el Caribe batirá récord en 2023, alcanzando los 155.000 millones de dólares, vaticinó este jueves el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esto representa un aumento de 9,5% en comparación con los 142.000 millones de dólares de 2022, y consolida 15 años consecutivos de crecimiento, concluye un nuevo informe del BID.
Se observa sobre todo un aumento de las remesas hacia los países de Centroamérica (+13,2%), en particular Nicaragua, donde el crecimiento es exponencial (+59%) debido a la alta migracion de los últimos años.
También suben en México (+9,8%) y en Suramérica en su conjunto (+7,9%), sobre todo en Argentina (+26,3%) «como respuesta a la fuerte devaluación que enfrenta la moneda de ese país y que obliga a los migrantes a mandar más recursos para apoyar a sus familiares», y en Paraguay (+20,3%), informa el BID.
Venezuela
El reporte no incluye los datos de Venezuela, pese a que unos 7 millones de los 30 millones de venezolanos han migrado como consecuencia de la crisis que provocó reducción de 80% del PIB en 10 años.
La «tasa de crecimiento (de las remesas) es difícil de medir debido a la incertidumbre sobre el valor total», precisa el informe en un pie de página. Pero estimaciones de la consultora Ecoanalítica fijan las remesas hacia Venezuela en aproximadamente 2.500 millones de dólares en 2023.
Brasil es el único país suramericano donde las remesas recibidas disminuirán, 8,7%, de confirmarse las previsiones del banco.
En el Caribe el crecimiento estimado es más moderado (+2,6%) y se nota principalmente en Haití (+5,1%), el país más pobre de América, sumido en crisis económica, política y de seguridad.
El informe no menciona a Cuba.
«Un complemento»
En todos los países las remesas provienen sobre todo de Estados Unidos, en algunos casos con índices altísimos, como en México (96%), El Salvador (95,8%), Guatemala (92,9%), Honduras (90,1%) o Nicaragua (75,3%).
Según el Buró del Censo estadounidense, hasta agosto de 2023 había 23,1 millones de migrantes latinoamericanos en el país; es decir, 2,3% más que los registrados a finales de 2022.
Aunque el número de migrantes que entran en Estados Unidos por la frontera con México se ha disparado, «es importante tener en cuenta que los flujos migratorios no tienen efecto inmediato en las remesas» porque las personas tienen que instalarse y encontrar trabajo para poder enviar dinero, recuerda el informe.
Y en Estados Unidos los solicitantes de asilo no pueden trabajar hasta que completan los trámites, proceso que puede eternizarse.
El aumento del salario promedio semanal en Estados Unidos (que alcanzó los 860 dólares en el primer trimestre de 2023) y el número de migrantes empleados en el país, explican en gran medida el crecimiento de las remesas previsto este año en la región.
Los países europeos también son atractivos, sobre todo España, donde había casi 1,86 millones de migrantes de América Latina y el Caribe en el segundo trimestre de 2023. Los datos sobre sus salarios no están disponibles, afirma el BID, pero se sabe que la mayoría de los hombres trabaja en el sector de la construcción y las mujeres en los servicios.
El dinero que envían los migrantes sirve principalmente «para complementar el consumo diario de las familias que los reciben», explica el informe.
El poder de compra de las familias receptoras depende del tipo de cambio y de la inflación.
Las remesas benefician a millones de familias e impiden que los niveles de pobreza sean aun mayores entre aquellas de recursos bajos.