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El barbero venezolano que se destaca en Santa Marta

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En medio de tantas historias de angustia y dificultades que protagonizan venezolanos que no han tenido suerte fuera de su país, surge la de Javier Mendoza Villadiego, joven de Maracaibo a quien una pasión desde niño lo ha llevado hoy a alcanzar su éxito en Santa Marta, ciudad que eligió para volver empezar.

Javier se llenó de valentía y tomó sus maletas con poca ropa y llegó a este país a buscar mejor suerte.

Su idea inicial era explorar y conocer otro ambiente, paisaje y cultura lejos de Venezuela que comenzaba a afrontar la crisis política, social y económica.

Terminó en Santa Marta por invitación de una tía, que lo recibió en su casa. No pasó mucho tiempo para que este venezolano se enamorara de la ciudad y no quisiera salir de ella.

Un nuevo comienzo

Entonces sus vacaciones de 20 días se extendieron y hoy ya completa cinco años en la capital del Magdalena, en los que su crecimiento personal y financiero no han parado.

Mendoza estudió un curso técnico como paramédico y alcanzó a iniciar su carrera en administración de empresas; sin embargo, de niño siempre le llamó la atención cortar cabello, pero con un estilo distinto a los tradicionales.

La primera vez que se atrevió a coger unas tijeras y una máquina de peluquería fue a los 11 años de edad, a pedido de su tío: estaban en medio del campo y tenían que ir a una fiesta. Desde entonces comenzó a hacerlo para toda su familia y amigos. Casi sin quererlo, encontró un oficio.

Luego de tanto insistir me dieron lo único que necesitaba: una oportunidad y a partir de allí comencé a mostrarme y construir un nombre en la ciudad

En el fondo sabía que eso era lo que quería hacer en el futuro. Pero el futuro llegó y decidió no lanzarse. En cambio, se dedicó en su juventud a otros oficios sin dejar su arte que era lo que más lo entusiasmaba.

Ya en Santa Marta dejó de hacerles caso a los estereotipos que había sobre los peluqueros, aquellos que rebajaban el profesionalismo, y empezó a buscar trabajo y mejorar su técnica como barbero.

Afortunadamente, luego de tanto insistir me dieron lo único que necesitaba: una oportunidad y a partir de allí comencé a mostrarme y construir un nombre en la ciudad”, dice.

El boom de las barberías

La llegada a Santa Marta coincidió con el ‘boom’ de las barberías que empezaban a constituirse por todas partes y ponerse de moda.

Inicialmente trabajó en el Centro, pero no le fue muy bien, porque por su talento lo hicieron destacarse rápidamente y tuvo inconvenientes con sus colegas quienes no lo veían como compañero, sino como una competencia fuerte que les representaba amenaza a sus ingresos.

“Antes de cualquier problema personal, preferí buscar empleo en otra parte. Ya se comenzaba a hablar bien de mi trabajo y para consolidarme participé en un concurso de barberos donde obtuve el primer lugar”, relata.

Javier Mendoza Villadiego es uno de los barberos más reconocidos y buscados en Santa Marta | Foto: Roger Urieles

A pesar de no tener mucho tiempo en la ciudad, Mendoza ya era bien referenciado, y las propuestas laborales comenzaron a llegarles de todas partes.

Finalmente se decidió por una barbería en la carrera 19, donde consiguió estabilizarse al punto que se independizó y mandó a buscar a sus padres a Venezuela para volver a vivir juntos y esta vez él responder por todo.

Aunque en ese momento sus ingresos ya eran buenos, un día recibió una oferta que si bien lo llenó de temor e inseguridad por lo arriesgado que era, al final decidió tomarla y poner a prueba nuevamente sus capacidades y ganas de superación.

Agradecido con la oportunidad que le habían dado en la barbería, tras un largo periodo como empleado, Mendoza emprendió su propia barbería. Lo hizo en un local que le dieron en arriendo con todos los muebles e implementos, listo para explotarlo y hacer lo que sabía.

Tal como se esperaba, a sus 25 años, en su propia barbería ha conseguido convertirse en uno de los barberos más reconocidos y buscados en la capital del Magdalena.

Le ha cortado el cabello a músicos del cantante vallenato Silvestre Dangong, futbolistas, influencers y artistas de la región que no dudaron en recomendar su trabajo.

Su negocio actualmente se encuentra renovado y con un estilo único e innovador, tal cual como caracteriza a su propietario en cada corte de cabello y cambio de look.

Hoy se dedica a embellecer barbas y cabellos en su negocio que lleva su mismo nombre, en la Avenida del Río, lugar al que llegó tocando puertas, buscando trabajo, hasta conseguir su propio carro, motocicleta y darle una calidad de vida a sus padres, pareja sentimental y a su hija de 3 años.

Un buen barbero escucha a su cliente y, además, recomienda distintas opciones de acuerdo a la demanda del cliente

Sobre su clave para ser exitoso, asegura que antes de cada servicio, escucha empáticamente a su cliente y entiende qué busca de acuerdo a su ritmo de vida y preferencias personales.

“Un buen barbero escucha a su cliente y, además, recomienda distintas opciones de acuerdo a la demanda del cliente, siempre acorde con las tendencias actuales, porque siempre nos buscan por algo nuevo”, detalla.

Aunque se siente feliz y satisfecho de haber encontrado el lugar de sus sueños en Santa Marta, este barbero que ahora también genera empleo, desea abrir otros puntos para continuar cambiando vidas y aumentando la seguridad y autoestima de sus clientes a través de un corte de cabello.

Mendoza tiene siempre en mente sus orígenes humildes y por eso también ha logrado ganarse el cariño de la gente que atiende.

“Para este oficio hay que tener el don de saber interpretar lo que ellos quieren”, sentencia Mendoza, para quien es fundamental ser innovador, o “ir delante de”, y crear para sorprender.

Su plus son las redes sociales, en que como una gran vitrina muestra lo extraordinario de los cortes hechos a sus clientes quienes comparten la publicación, satisfechos y orgullosos por cómo se ven y se sienten.

Por Roger Urieles

Para EL TIEMPO 

 

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