Con helicópteros militares y lanchas, los equipos de emergencia realizaron el martes las tareas de ayuda y rescate de cientos de afectados por las inundaciones en el este de Australia, en una jornada en la que el mal tiempo se sintió en un área casi tan grande como Colombia y Chile juntas.
Dos helicópteros militares se unieron a la misión aérea de los Servicios de Emergencia del estado de Nueva Gales del Sur. Desplegaron en el terreno a 1.700 voluntarios para evacuar o rescatar a las personas afectadas, así como para llevar comida a las zonas aislada por las aguas.
Las inundaciones, que comenzaron el jueves pasado y que se consideran entre las peores de las últimas décadas, obligaron a las autoridades a evacuar desde entonces a 18.000 personas. Sin embargo, la jefa de gobierno de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, dijo este martes que teme que otras 15.000 más podrían unirse a la lista de evacuados.
Esta jornada la preocupación se centró especialmente en el oeste de Sidney y la Mid-North Coast del estado de Nueva Gales del Sur. Las dos zonas fueron golpeadas desde hace días por las lluvias torrenciales, así como en la de Northern Rivers, cercana a la frontera con el estado de Queensland.
En la localidad de Upper Colo, al oeste de Sidney, las autoridades emitieron una orden de evacuación por la mañana a los residentes de unas 200 viviendas. Sin embargo, después suspendieron las tareas de ayuda y evacuación al estabilizarse la situación.
«El río Colo en Upper Colo aumentó a 14,62 metros y no se espera que crezca más», informaron por la tarde las autoridades. Pidieron a la población que se mantenga alerta ante un potencial nuevo riesgo de inundaciones en Australia.
Asimismo, la Policía y los equipos de rescate también enviaron medicinas y alimentos a varias localidades, como la de Windsor, para que sus pobladores puedan sobrevivir.
En varias zonas rurales afectadas, los residentes intentan proteger su ganado y caballos, incluso grabaron a un hombre llevando en brazos a un emú. Otras imágenes muestran animales silvestres como canguros luchando contra la corriente o se reporta que serpientes y arañas se aferran a lo que puedan para salvarse.
No es el final del túnel
Si bien por la tarde la lluvia amainó en Sidney, la crisis por esta catástrofe natural se mantiene en la Mid-North Coast, situada a unos 400 kilómetros al norte de esa ciudad. Allí se registró la caída de 1.083 milímetros de lluvias desde el pasado jueves en su estación meteorológica de Mount Seaview.
Las lluvias también crearon condiciones peligrosas y amenazas de deslizamientos, inundaciones y riadas en el sureste del fronterizo estado de Queensland, Australia.
Los pronósticos meteorológicos también consideran que el mal tiempo golpeará con fuerza en estos días la costa meridional del estado de Nueva Gales del Sur. La zona fue devastadas por los incendios forestales de 2019.
«Todavía no estamos fuera de peligro. Parece que todavía se están produciendo fuertes precipitaciones, con el consiguiente riesgo de inundación», dijo la experta de la Oficina de Meteorología Jane Golding.
La funcionaria acotó que lo que hace que este evento en particular sea inusual es que las fuertes lluvias y las inundaciones ocurren al mismo tiempo.
A raíz de la crisis, el Gobierno de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia, pidió el despliegue de entre 500 a 1.000 soldados para las tareas de limpieza en los próximos días.
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