Estados Unidos anunció el lunes «por error» que estaba preparando su retirada de Irak después de que el Parlamento iraquí reclamara la expulsión de fuerzas extranjeras por el asesinato, en Bagdad, del general iraní Qasem Soleimani, al que millones de iraníes despidieron este lunes en Teherán.
El comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak mandó entregar -en mano, según un responsable militar de Estados Unidos en Bagdad- una carta al número dos del Ejército iraquí. En el documento explica que respeta «la decisión soberana del Parlamento iraquí, que ordena su partida».
La carta era un «borrador»
El jefe del Estado Mayor en Washington anunció poco después, no obstante, que se trataba de un error y que la carta era, en realidad, un «borrador». Previamente, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, había negado que las tropas estadounidenses fueran a retirarse de Irak, para lo que explicó que «no hay ninguna decisión de abandonar Irak… No se ha tomado una decisión de abandonar Irak. Punto».
En Bagdad, sin embargo, el estruendo de los helicópteros seguía resonando, mientras que la misiva avisaba que aumentarían los desplazamientos de helicópteros por una retirada.
Tras la votación del Parlamento iraquí del domingo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había amenazado con imponer sanciones «muy fuertes» a Irak.
En el plano diplomático, los llamados a la calma se multiplicaron en un contexto de enfrentamiento verbal entre Washington y Teherán.
«No amenace nunca a la nación iraní»
Después de que Trump amenazara el sábado con atacar 52 sitios de Irán, su homólogo iraní Hasán Rohaní le lanzó una advertencia este lunes: «No amenace nunca a la nación iraní». Eso, tras haber prometido el viernes una «respuesta militar» y una «dura venganza» que golpeará «el lugar correcto en el momento correcto».
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al término de una reunión extraordinaria, instó a Teherán a evitar «más violencia y provocaciones».
Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE debían celebrar una reunión sobre la crisis de los dos países enemigos el viernes, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, les pidió que sigan «la vía de la moderación».
En otro frente Irán anunció una nueva reducción de sus compromisos incluidos en el acuerdo sobre su programa nuclear, firmado en 2015, que tiene como fin garantizar la naturaleza, exclusivamente civil, de las actividades nucleares de la República Islámica, un pacto que quedó prácticamente vacío de contenido.
«¡Irán nunca tendrá el arma nuclear!», replicó en Twitter, Donald Trump, cuyo país se retiró de manera unilateral del acuerdo en 2018. Por su parte, los europeos, que siguen en el pacto, afirmaron «lamentar profundamente» el anuncio de Irán, que indicó que se desligaba de cualquier límite al enriquecimiento de uranio.
«Estúpido Trump»
Mientras tanto, en Teherán, una marea humana invadió este lunes las avenidas Enghelab («revolución» en persa), Azadi («libertad») y sus alrededores con banderas rojas (el color de la sangre de los «mártires») o iraníes, pero también libanesas e iraquíes.
Visiblemente emocionado, el ayatolá Jamenei pronunció una breve oración en árabe en la Universidad de Teherán ante los féretros de Soleimani, del iraquí Abu Mehdi al Muhandis (número dos de la coalición paramilitar proiraní Hashd al Shaabi) y de otros cuatro iraníes asesinados en el mismo ataque.
Estimada en «varios millones» por la televisión estatal iraní, la multitud gritó «¡Muerte a Estados Unidos!», «¡Muerte a Israel!». Se quemaron banderas de esos dos países. Hombres y mujeres lloraban pidiendo venganza.
«Estúpido Trump […], no piense que con el martirio de mi padre todo terminó», advirtió Zeinab, la hija de Qasem Soleimani, cuyo discurso conmovió a la multitud.
«Nuestra respuesta debe ser devastadora», aseguró entre la multitud un iraní de 61 años de edad que se identificó como Afjami.
Desde la capital iraní, el ataúd de Soleimani fue trasladado en avión a la ciudad santa chiita de Qom para una ceremonia. El general será enterrado el martes en Kerman (sureste), su ciudad natal.
La muerte de Soleimani ocurrió después de un ataque sin precedentes a la Embajada de Estados Unidos en Bagdad por parte de manifestantes proiraníes que querían protestar contra un bombardeo estadounidense contra combatientes del Hashd.
El bombardeo respondía a tiros de cohetes contra instalaciones en Irak que eran utilizadas por Estados Unidos. Estos mataron a un contratista estadounidense.
Este lunes, en Bagdad, el líder chiita iraquí Moqtada Sadr amenazó a Trump con un nuevo «Vietnam».
El acuerdo nuclear, una «prioridad»
En esta convulsión, Irán anunció el domingo una nueva reducción de sus compromisos contenidos en el acuerdo de 2015 sobre su programa nuclear. Esto, como respuesta al retiro unilateral de Estados Unidos en mayo de 2018 del pacto y al restablecimiento de las sanciones económicas contra Teherán.
Irán precisó que se desliga de cualquier límite «al número de sus centrifugadoras» de uranio, pero dijo que seguirá sometiéndose «como antes» a inspecciones nucleares del Organismo Internacional de Energía Atómica, las cuales están establecidas en el acuerdo.
El OIEA, con sede en Viena, dijo estar «al corriente del anuncio» de Irán y subrayó que sus «inspectores continúan sus actividades de vigilancia» en ese país.
Francia, el Reino Unido y Alemania pidieron a Irán retirar «todas sus medidas no conformes» al pacto. Rusia instó a los países firmantes del acuerdo a garantizar su aplicación con «prioridad». Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos, llamó a la calma.
En tanto, los precios del petróleo siguen subiendo y se estremecen las Bolsas mundiales. El oro alcanzó este lunes su precio más alto desde mediados de 2013.