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Ejército británico habría encubierto crímenes de guerra de soldados

por Avatar EFE

Presuntamente comandantes del Ejército británico encubrieron crímenes de guerra en Afganistán e Irak, entre ellos, la tortura de niños o asesinato de civiles, según documentos secretos de los que informan este domingo el Sunday Times y la BBC.

El gobierno mantiene reservados esos documentos. Al parecer, revelan que altos mandos militares han tratado de mantener en secreto presuntos crímenes de guerra por parte de tropas británicas en Afganistán e Irak, informan hoy esos medios británicos.

La pesquisa ha sacado a la luz asesinatos por parte de un soldado de las fuerzas especiales SAS del Ejército. También torturas, golpes o abusos sexuales de detenidos por parte del Black Watch, un batallón de infantería del Real Regimiento de Escocia.

Los detectives militares que realizaron esta investigación también descubrieron posibles casos de falsificación de documentos, un delito por el que los militares responsables podrían ser procesados, añaden los citados medios.

Estas pruebas surgieron durante dos investigaciones sobre crímenes de guerra: una, denominada Operación Northmoor sobre Afganistán, y otra relativa a Irak. Al parecer, se cerraron en 2017 por el entonces ministro de Defensa, Michael Fallon, antes de que el caso llegase ante la justicia, indica el Sunday Times.

«Decisiones clave se retiraron de nuestras manos. Hubo presión del Ministerio de Defensa para cerrar los casos lo más rápido posible», afirmó un investigador, que mantuvo el anonimato.

El dominical señala que estas revelaciones pueden llegar a la Corte Penal Internacional. Este ente toma medidas cuando los países no procesan a los militares en caso de violaciones de las convenciones de Ginebra relativas a la guerra.

El periódico cita los casos del asesinato de tres niños y un joven mientras tomaban té en su casa de Afganistán en octubre de 2012, quienes, al parecer, recibieron disparos en la cabeza, a quemarropa, de un soldado de la SAS. También abusos de prisioneros en el verano de 2003 en el campo Stephen, de la ciudad iraquí de Basora.

Los investigadores, según el rotativo y el programa Panorama de la BBC, pudieron reunir miles de testimonios de soldados británicos y testigos, así como documentación.