El presidente saliente de EE UU, Donald Trump, pidió este miércoles al Tribunal Supremo estadounidense que bloquee la victoria en cuatro estados clave del mandatario electo del país, Joe Biden, una solicitud con pocas perspectivas de prosperar.
Respaldo a Trump
El mandatario presentó una moción para respaldar el caso presentado este martes ante el Supremo por las autoridades de Texas. La apoyan los líderes de otros 17 estados controlados por conservadores.
«Intervendremos en el caso de Texas (y de muchos otros estados). Este es el caso más importante. ¡Nuestro país necesita una victoria», tuiteó Trump unas horas antes de presentar el documento.
Trump, que se niega a reconocer su derrota en las elecciones del mes pasado, hizo la petición en su propio nombre. Contó con la ayuda de un abogado al que contrató para este tema, John C. Eastman.
La demanda de Texas busca impedir que cuatro estados en los que ganó Biden -Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin- certifiquen la victoria del demócrata el próximo lunes; fecha en la que el Colegio Electoral se reunirá para ratificar formalmente al próximo presidente.
El argumento de Texas es que los gobernadores de esos estados usaron supuestamente la pandemia como un «pretexto» para cambiar las reglas electorales y permitir mayor voto por correo, una opción que eligieron millones de estadounidenses.
Es extraordinario que un estado cuestione la autoridad de otro para establecer reglas en unas elecciones. Sin embargo, otros 17 territorios que Trump ganó en las elecciones se sumaron este miércoles a la querella de Texas.
Se trata de Florida; Misuri; Alabama; Arkansas; Indiana; Kansas; Luisiana; Misisipi; Montana; Nebraska; Dakota del Norte; Dakota del Sur; Oklahoma; Carolina del Sur, Tennessee, Utah y Virginia Occidental.
Los cuatro estados clave a los que se refiere la demanda -Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin- suman en total 62 votos en el Colegio Electoral, así que los republicanos confían en que el Supremo acepte el caso y revierta el resultado de las elecciones, al conseguir que Trump supere los 270 votos necesarios para seguir en la Casa Blanca.
Sin embargo, el Supremo ya ha insinuado que no está dispuesto a intervenir en el desafío de Trump al resultado de las elecciones y sus denuncias sin pruebas de fraude, que ya han desestimado decenas de tribunales.
La máxima corte del país rechazó el martes una demanda presentada por los aliados de Trump para revertir el resultado en Pensilvania, en un duro golpe a las perspectivas del mandatario saliente.
El alto tribunal está integrado por tres jueces progresistas y seis conservadores, tres de ellos nombrados por Trump.
Además de su estrategia legal, el presidente está tratando de influir en republicanos locales para que invaliden la victoria del demócrata en sus estados haciendo uso de los legislativos en manos conservadoras, como en Georgia, Michigan o Pensilvania.
Trump ha pedido a líderes republicanos en estos estados que pasen por encima del resultado de los comicios y que los legislativos asignen directamente los compromisarios al Colegio Electoral, otra vía que difícilmente dará frutos.
«Veamos si alguien tiene la valentía, ya sean los legislativos (estatales) o un juez del Tribunal Supremo, o varios, para hacer lo que todos en este país saben que es correcto», afirmó Trump este martes durante un acto en la Casa Blanca, en un abierto reconocimiento de sus presiones para cambiar el resultado de las elecciones