Las acusaciones comenzaron por una joven asistente de producción que, comenzó a trabajar en el rodaje de la película Going in Style, protagonizada por Morgan Freeman, Michael Caine y Alan Arkin.
La joven en su relato, acusa al actor de tocamientos indeseados y comentarios sobre su figura y sobre su vestimenta a diario, afirmando que en una de esas situaciones, Freeman trató de levantarle la falda en varias ocasiones mientras le preguntaba si llevaba ropa interior. “Alan Arkin le pidió que parara y Freeman se sorprendió, sin saber cómo reaccionar”, relató la asistente de producción.
«Eran comentarios constantes sobre mi aspecto», lo ocurrido llevó a la joven a abandonar la industria del cine.
Otra mujer, sostiene que Freeman la acosó sexualmente a ella y a su asistente en el estudio de grabación de la cinta Now You See Me al hacer numerosos comentarios sobre su cuerpo.
«Sabíamos que si iba a estar por allí no debíamos llevar prendas que mostraran nuestros pechos, nuestros traseros… Es decir, no debíamos llevar nada ajustado», indicó.
Tres periodistas del mundo del entretenimiento aseguraron ser objeto de comentarios inapropiados por parte del actor durante los llamados junkets (días de atención a los medios antes del estreno de una cinta).
Ocho mujeres denunciaron el trato de Freeman como acoso sexual o, al menos, comportamiento indebido, ya sea a la hora de promover sus películas, en el plató e incluso en su productora, Revelations Entertainment.
Al menos cuatro personas que han trabajado en tareas de producción de cintas de Freeman a en la última década concuerdan en que ese comportamiento ocurría «repetidamente» y hacía sentir incómodas a muchas mujeres.
Los ocho testimonios aseguran que nunca hicieron públicas sus quejas por miedo a perder sus puestos de trabajo.