La ciudad de Nueva York comenzó la construcción de las primeras carpas de un centro de ayuda humanitaria para dar alojamiento a los migrantes que desde hace meses los envían en masa desde el estado de Texas y que saturaron los servicios de acogida de la metrópoli.
Decenas de trabajadores, la mayoría latinoamericanos, se afanaban este martes en el montaje del esqueleto de dos enormes tiendas, entre grúas, vehículos de carga y camiones que transportaban equipos para instalar baños portátiles.
Este centro, en la playa de Orchard, en el distrito neoyorquino de El Bronx, acogerá únicamente a solteros recién llegados, en principio por un período máximo de cuatro días, mientras encuentran otro lugar con familiares o amigos, o son referidos a un albergue, según anunció la semana pasada el alcalde Eric Adams, que también adelantó la construcción de instalaciones similares para familias.
El nuevo punto de llegada de los migrantes
Esas instalaciones se convertirán en el nuevo punto de llegada de los migrantes, que hasta ahora los recibían en la estación de autobuses de Port Authority. Además, se les dará alojamiento, comida, atención médica e información sobre los servicios que ofrece la ciudad.
Al lugar, en el parque de Pelham y conectado a la ciudad por una línea de autobús, acudieron vecinos curiosos. Tres de ellos, consultados por Efe, mostraron su rechazo al proyecto, que hoy se tratará en una reunión de vecinos de la zona.
«La ciudad no tiene la capacidad para procesar todo esto tan rápido», aseguró el puertorriqueño Mike Ruiz, un jubilado que considera que la repentina llegada de tantos migrantes va a colapsar los servicios del sector.
Rick Patterson, un bombero retirado, opina que Nueva York no debe dar albergue a los indocumentados. Acusó a las autoridades locales de traficar con personas.
Organizaciones civiles también han criticado la ubicación del centro de acogida porque consideran que es una zona aislada expuesta a las bajas temperaturas.
Según datos oficiales, el número de migrantes llegados a Nueva York en los últimos meses supera las 13.600 personas, la mayoría de origen venezolano, lo que ha generado necesidades de cobijo, escolarización, comida y ropa.
Obligados a dar acogida
Más de 8.500 han sido alojados en albergues, que se han quedado sin capacidad, provocando en ocasiones situaciones de tensión, y las autoridades se han visto obligadas a utilizar hoteles como centros de acogida temporal.
La ciudad tiene también por delante el reto de escolarizar a 3.200 niños llegados de Sur y Centroamérica entre la oleada migratoria de los últimos meses tras la campaña del gobernador de Texas, Greg Abbott, que saca a los migrantes de las fronteras en autobuses y los envía a ciudades que él llama «progresistas».
Nueva York, como ciudad santuario, tiene la obligación de acoger a los migrantes y no entregarlos a las autoridades federales para su eventual deportación.