Desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio positivo en la prueba de coronavirus se originaron informaciones contradictorias sobre su salud, abriendo la incógnita de qué pasaría si su estado empeora y queda incapacitado para gobernar.
Según la Constitución de Estados Unidos se aplicaría la Enmienda 25, según la cual Trump sería sustituido por el vicepresidente Mike Pence.
Creada tras el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963 y en medio de la Guerra Fría, la enmienda fue diseñada para abordar las brechas constitucionales existentes sobre la sucesión presidencial en este tipo de casos.
«Bajo la sección 3 de la Enmienda 25 un presidente puede determinar que él o ella es incapaz de cumplir con los poderes y deberes de la presidencia y transferir temporalmente esos poderes y deberes al vicepresidente», explicó a El Nacional Joel K. Goldstein, profesor de derecho Vincent C. Immel, de la Universidad de San Luis.
Trump podría tomar esa determinación y, con una carta al Senado o la Cámara de Representantes, entregar formalmente el poder a Pence. Este luego gobernaría hasta que Trump le informara al Congreso su regreso al poder.
Pero, ¿qué podría ocurrir si el presidente no comunica que está incapacitado para gobernar? La sección 4 de la Enmienda 25 responde: «El vicepresidente y la mayoría del gobierno informan a las cámaras que el presidente no puede cumplir con su tarea, y el vicepresidente asumiría el cargo de inmediato como mandatario en funciones», detalló Goldstein. Por lo tanto, sería Pence, de 61 años de edad, el encargado de sustituir a Trump.
Dos tercios de votos bastan
En este supuesto, el presidente reanudaría sus obligaciones comunicando por escrito que no «existe ninguna incapacidad». Sin embargo, la Sección 4 es aún más clara, si el mandatario discute sobre si está incapacitado para gobernar. En este caso, el vicepresidente y la mayoría del gabinete pueden declararlo inhabilitado y deben hacerlo por escrito en cuatro días. Entonces, el Congreso debe reunirse en 48 horas y tiene 21 días para manifestarse.
«El vicepresidente continúa actuando como presidente durante los 21 días. La Cámara y el Senado, actuando por separado, deben apoyar cada uno la posición del vicepresidente con 2/3 de los votos durante los 21 días o, de lo contrario, el presidente reasume los poderes y deberes presidenciales», dijo el académico, autor del libro The White House Vice Presidency: The Path to Significance, Mondale to Biden.
Ronald Reagan cedió su mandato en 1985 cuando le extirparon un cáncer en el colon, mientras que George W. Bush se apartó del poder en 2002 y 2007 para realizarse colonoscopias. En ambos casos, cuando los presidentes estaban bajo anestesia, entregaron el poder durante unas horas.
Dado que el covid-19 se infiltró en la Casa Blanca, es posible, aunque no probable, que el virus pueda incapacitar a varios miembros del gobierno. Trump ha estado en estrecho contacto con Pence y con otros funcionarios de su gabinete que a su vez han estado en contacto con otros más.
Trump y la línea de sucesión
Si lo trasladamos a la situación actual, y Trump definitivamente no pudiera ejercer su mandato y en el caso de que el vicepresidente Pence tampoco asumiera el poder, sería la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien estaría a cargo.
«La línea de sucesión incluye el portavoz, el presidente pro témpore y 15 miembros del gabinete después del presidente y el vicepresidente», dijo el profesor de la Universidad de San Luis, durante una conferencia virtual en la gira electoral del Centro de Prensa Internacional de Estados Unidos.
Además, explicó que, según la Ley de Sucesión Presidencial de 1947, «la persona de mayor edad que no está discapacitada y que está calificada por edad, ciudadanía y residencia para ser o actuar como presidente actuaría como presidente. Si un miembro del gabinete fuera llamado a actuar como presidente, sería derrocado una vez que el presidente, el presidente pro tempore del Senado, el vicepresidente o el presidente pudieran actuar».
Pese al covid-19 la campaña continúa
Una contingencia que no tendría precedentes en los tiempos modernos es si un candidato presidencial se enferma demasiado como para llevar adelante una campaña electoral.
«Las campañas presidenciales han continuado anteriormente cuando los candidatos estaban enfermos u hospitalizados. El vicepresidente Richard Nixon fue hospitalizado durante parte de la campaña presidencial de 1960», recordó Goldstein a El Nacional.
Sin embargo, tal parece que la recuperación del presidente Trump es un milagro; en solo siete días el mandatario ha presentado una rápida mejoría, luego de que se le administrara un cóctel experimental, bajo la supervisión de su cuerpo médico.
A solo 25 días para celebrarse las elecciones en Estados Unidos, tanto Trump como su rival demócrata, Joe Biden, están en la boleta, y los estadounidenses ya está votando por correo. Aún con la pandemia del coronavirus ya quedó claro que los comicios presidenciales en Estados Unidos se realizarán según lo planeado.
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