El expresidente de Estados Unidos Donald Trump criticó el sábado la gestión de Joe Biden, de quien dijo que ha causado más problemas y más destrucción en el último año que cinco presidentes juntos.
«Nos estamos convirtiendo en una versión a gran escala de Venezuela, que hace 20 años era un país muy exitoso y ahora no tienen comida, no tienen agua, todo el mundo se muere, lo gestiona un grupo horrible de asesinos», dijo en un mítin en Florence (Arizona) que sirvió para marcar la pauta de la campaña republicana para los comicios legislativos de noviembre.
Trump hizo gala de su nacionalismo con tintes autocráticos, al lamentar que Estados Unidos ya no hable supuestamente de su grandeza, sus militares y su poder como otros países, sino que lo haga del medio ambiente, el covid-19 y la raza.
El expresidente culpó a su sucesor por los problemas en la cadena de suministros y en la inflación, el volumen de contagios causado por la variante ómicron y rechazó su intento de forzar a vacunarse a la mayoría de los trabajadores de empresas privadas del país, frenado por el Tribunal Supremo la semana pasada.
«Demócratas radicales, dejen a nuestros niños tranquilos con su poderoso sistema inmune», clamó Trump, cuyos seguidores son en muchos casos reacios a vacunarse contra el coronavirus.
En el plano internacional, dijo que Biden ha humillado completamente a Estados Unidos, y que Rusia no solo está amenazando a Ucrania, sino también a Cuba y Venezuela, algo que consideró como una falta de respeto, un problema que, aseguró, nunca existió durante su mandato.
Trump se refería a las declaraciones del viceministro ruso, Serguéi Riabkov, que esta semana no descartó el despliegue de infraestructura militar en Cuba y Venezuela, aunque la Casa Blanca opinó después que esos comentarios podían ser simplemente una fanfarronada.
También agitó el miedo respecto a la inmigración ilegal, al asegurar de forma hiperbólica que la frontera con México se ha abolido y «millones y millones y millones» de indocumentados están entrando en el país, algo falso, puesto que la mayoría de los que llegan son deportados automáticamente.
El exmandatario prometió a sus seguidores que el Partido Republicano ganará las elecciones de medio mandato en noviembre y recuperará la Casa Blanca en las de 2024, pero no llegó a precisar si él mismo se presentará a esa última cita con las urnas.
«Vamos a organizar un regreso como el que nunca antes se ha visto», dijo Trump a cientos de sus seguidores.
El exmandatario se refería a las elecciones legislativas de noviembre, en las que todo apunta a que los republicanos, un partido sobre el que él mantiene todavía un férreo control, retomarán el control de la Cámara Baja y posiblemente del Senado, además de controlar otros muchos cargos estatales.
Su discurso pretendía seguir de guion a los candidatos republicanos que quieran ganar en noviembre, pero al mismo tiempo siguió el patrón clásico de los que Trump solía pronunciar durante sus campañas de 2016 y 2020, con los mismos ataques a los inmigrantes o los medios de comunicación que vuelven locos a sus seguidores.
El 6 de enero
Trump había prometido exponer en este mítin sus ideas sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, después de cancelar una rueda de prensa que inicialmente tuvo previsto dar en el primer aniversario de ese ataque protagonizado por una turba de sus simpatizantes, y que finalmente canceló.
Lejos de profundizar en lo sucedido ese día, sin embargo, Trump se centró en criticar al comité que investiga los hechos, que tildó de «estalinista», y en alegar que entre la multitud que irrumpió en el Congreso había «informantes del FBI», una teoría que defienden sus seguidores y sobre la que no hay pruebas.
También describió como prisioneros políticos a los más de 700 imputados por delitos relacionados con el asalto, que se saldó con cinco muertos y 140 agentes heridos.
«Si creemos que son inocentes, deberíamos ayudarles a defenderse», afirmó el exmandatario, que no recibió una respuesta demasiado cálida de la audiencia en ese tramo de su discurso.
Lo que sí entusiasmó a los asistentes fueron sus ataques al presidente Joe Biden y al Partido Demócrata; así como sus denuncias sin pruebas de que hubo un fraude en las elecciones de 2020, que él perdió.
«La verdadera insurrección tuvo lugar el día de las elecciones, el 3 de noviembre», subrayó el mandatario.
Arizona es uno de los estados clave que Trump perdió por un margen de apenas unos miles de votos en 2020, y no dudó en mentir al respecto nada más comenzar el mítin, al asegurar que tuvo «una tremenda victoria» que le arrebataron en ese territorio.
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