Estados Unidos y el Reino Unido bombardearon este lunes varias posiciones de los rebeldes hutíes en Yemen, en lo que supone la segunda operación conjunta de las dos naciones contra ese grupo, informó el Pentágono en un comunicado.
La operación tenía como uno de sus objetivos principales la destrucción de uno de los almacenes subterráneos donde los hutíes guardan algunos de los misiles que utilizan contra embarcaciones en el mar Rojo.
Los bombardeos también destruyeron sistemas de misiles usados por los hutíes, así como sistemas de defensa aérea y radares, detalló en un comunicado el Comando Central del Ejército estadounidense (Centcom).
En su totalidad, la operación se dirigió contra ocho áreas en Yemen controladas por los hutíes, las cuales supuestamente estaban siendo usadas como bases de operaciones contra las embarcaciones en el mar Rojo, según el Centcom, que no informó de muertos en el operativo.
Los bombardeos, que comenzaron sobre las 23:59 hora local de Saná (20:59 GMT), fueron llevados a cabo por Estados Unidos y el Reino Unido con el respaldo de Australia, Baréin, Canadá y los Países Bajos, según informaron sus respectivos Gobiernos en un comunicado.
Justo este lunes, el presidente estadounidense, Joe Biden, habló por teléfono con el primer ministro británico, Rishi Sunak, sobre diversos temas, incluida la seguridad en el mar Rojo, informó la Casa Blanca en un comunicado.
El nuevo ataque se produce diez días después de que Estados Unidos y el Reino Unido lanzaran un primer ataque conjunto contra 60 objetivos en el Yemen relacionados con los hutíes, en lo que fue el primer gran acto de represalia contra los insurgentes por los ataques en el mar Rojo.
Desde que se produjera ese primer ataque conjunto, Estados Unidos ha lanzado por separado varios ataques contra los hutíes, muchos de ellos contra misiles que, según Washington, suponían una amenaza inminente para embarcaciones en el mar Rojo.
Los hutíes, una milicia respalda por Irán que controla extensas áreas en Yemen, ha perpetrado numerosos ataques en el mar Rojo y el estrecho de Bab al Mandeb contra barcos que, aseguran, están relacionadas con Israel o se dirigen hacia ese país.
Los hutíes defienden que sus ataques son una represalia por la ofensiva que Israel lanzó sobre la Franja de Gaza después del ataque del brazo armado del grupo palestino Hamás el 7 de octubre.
La violencia ha avivado los temores de que la guerra en Gaza, donde ya han muerto 25.000 personas, se intensifique y se convierta en una guerra regional.
Además, esos ataques de los hutíes podrían tener un gran impacto para la economía mundial porque por el mar Rojo circula casi el 15 % del comercio marítimo global.
En el ámbito diplomático, la semana pasada Estados Unidos intentó interrumpir las vías de financiación de los hutíes al designarlos como «terroristas», una acción que el grupo consideró como un «honor».
Los hutíes forman parte del llamado «Eje de la Resistencia» orquestado por Irán para expandir su influencia en Oriente Medio.
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