Estados Unidos anunció este viernes que va a proponer una resolución al Consejo de Seguridad de la ONU para «actualizar y endurecer» las sanciones internacionales contra Corea del Norte en respuesta a sus últimas pruebas de armas, incluido el lanzamiento del jueves de un nuevo misil intercontinental (ICBM).
Así lo adelantó la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, en un discurso ante el Consejo de Seguridad, reunido de urgencia para analizar este último ensayo norcoreano, el primero en casi cinco años con un arma de ese tipo.
Thomas-Greenfield defendió la necesidad de reforzar las sanciones ante las «provocaciones cada vez más peligrosas» de Pionyang y se mostró totalmente en contra de relajar los castigos, algo que países como China y Rusia han venido solicitando.
«Hemos oído llamamientos recientes a aliviar las sanciones, pero ¿por qué debería el Consejo de Seguridad premiar un mal comportamiento?», dijo la embajadora estadounidense, que consideró que un paso en ese sentido no haría más que ampliar los recursos de Pionyang para continuar con su programa de armas mientras no haya un compromiso diplomático para detenerlo.
Tanto Pekín como Moscú tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad, por lo que podrían bloquear la imposición de nuevas sanciones; en caso de aprobarse, se unirían a los amplios castigos que ya pesan sobre las autoridades de Corea del Norte.
El peligro de las prácticas de Corea del Norte
Thomas-Greenfield insistió en que la comunidad internacional no puede dejar sin respuesta el lanzamiento de este ICBM, un tipo de proyectil con gran alcance que, recordó, supone una amenaza para prácticamente todos los países del mundo.
La diplomática estadounidense dijo que esta última se suma a otras doce pruebas con misiles que Corea del Norte ha realizado en lo que va de año y a la supuesta reapertura de una instalación nuclear que estaba cerrada y que apunta a que Pionyang busca avanzar en su programa de armas atómicas.
«Está claro que Corea del Norte ha aumentado sus provocaciones con impunidad mientras el Consejo ha permanecido en silencio», dijo Thomas-Greenfield, criticando la falta de acuerdo para condenar los últimos ensayos norcoreanos.