Estados Unidos calificó este miércoles a Pedro Castillo de expresidente de Perú después de que el Congreso del país aprobara su destitución en respuesta al intento del mandatario de disolverlo.
«A nuestro entender, debido a la decisión del Congreso, Castillo es ahora expresidente», dijo en una rueda de prensa en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, quien hizo un llamado a defender la democracia peruana.
El funcionario añadió que Estados Unidos «seguirá de cerca los acontecimientos» que vayan ocurriendo en el país suramericano y que Washington «actuará de acuerdo con los deseos y aspiraciones del pueblo peruano».
«Seguiremos apoyando al pueblo de Perú y rechazaremos categóricamente cualquier acto que socave su Constitución y su democracia», afirmó el portavoz de la cartera de Exteriores.
«Medidas correctivas»
El funcionario opinó que una de las virtudes de los sistemas democráticos es que pueden adoptar «medidas correctivas» como la que tomó el Parlamento peruano con la destitución de Castillo.
Recordó además que todos los firmantes de la Carta Democrática Interamericana, rubricada precisamente en Lima en 2001, están comprometidos con los «valores democráticos, los derechos humanos y el Estado de derecho».
Pedro Castillo fue arrestado este miércoles después de haber sido destituido por el Congreso tras intentar disolver el Legislativo y convocar un proceso constituyente para evitar un juicio político en su contra.
El gesto de Castillo fue tachado de golpe de Estado por miembros de su propio gobierno, incluida la vicepresidenta Dina Boluarte, quien se prevé que jure el cargo como nueva jefa del Estado, y fue rechazado por las Fuerzas Armadas y la Policía.
Apenas en octubre, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, viajó a Lima, donde se reunió con Castillo.