Estados Unidos comenzó este viernes a aplicar aranceles a productos de la Unión Europea (UE) importados por 7.500 millones de dólares. Entre ellos se encuentran aviones, vinos franceses y whisky escocés.
Las tarifas terminaron impuestas pese a los ruegos de funcionarios europeos y amenazas de represalias del ministro francés de Economía, Bruno Le Maire.
La medida contra Bruselas se suma al conflicto que Estados Unidos mantiene con China y puede desestabilizar aún más la economía mundial.
En la mira de Washington están aviones civiles de Gran Bretaña, Francia, Alemania y España -países asociados en Airbus- que ahora costarán 10% más cuando los importe Estados Unidos.
Pero los aranceles afectan también a productos como los vinos de Francia, España y Alemania. De ahora en adelante tendrán que pagar 25% más para entrar al mercado estadounidense.
Solo unas horas antes de la vigencia de los aranceles, el ministro francés Le Maire advirtió que Estados Unidos estaba expuesto a severas repercusiones.
“Europa está pronta para tomar represalias, obviamente que dentro del marco de la OMC”. Esa fue la posición de Le Maire a periodistas tras reunirse con el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, en Washington.
“Estas decisiones podrían tener negativas consecuencias tanto desde el punto vista económico como político”, advirtió.
También remarcó que Estados Unidos abrió otro frente de confrontación comercial e instó a negociar una solución.
Evitar conflictos
“En momentos en que el mundo crece menos nuestra responsabilidad es hacer lo posible para evitar esta clase de conflictos”, dijo Le Maire.
Los europeos vienen reclamando una negociación y dijeron poder aplicar desde el año que viene aranceles a los aviones de Boeing debido a los subsidios que le aporta Washington a la compañía.
Pero funcionarios de la UE ya habían ofrecido en julio una tregua en los subsidios a la aviación; una práctica a la que apelaron tanto Washington como Bruselas. Los mismos generaron un conflicto entre las partes que duró 15 años.
Los aranceles entraron a regir solo unos días después de que Estados Unidos recibió formalmente la luz verde de la Organización Mundial de Comercial (OMC).
El miércoles, Trump afirmó que los europeos no juegan limpio en el comercio con Estados Unidos pero decía estar abierto a discutir un acuerdo.
Autos en la mira
El mayor temor de Bruselas es que Trump imponga pesadas tarifas aduaneras a las importaciones de autos europeos desde mediados de noviembre.
Eso sería un golpe fatal, especialmente para el sector automotor alemán aun cuando gigantes como Volkswagen y BMW también fabrican vehículos en Estados Unidos.
“Es muy difícil para nuestros productos entrar en Europa mientras que para los europeos es muy fácil exportar a Estados Unidos”, dijo Trump.
La larga batalla entre Airbus y Boeing es apenas una de las muchas tensiones transatlánticas que se agudizaron desde que Trump entró a la Casa Blanca en 2017.
Trump emprendió una política proteccionista que se hizo ver rápidamente en la imposición de aranceles al acero y al aluminio importado por Estados Unidos desde la UE y otros aliados. Simultáneamente, el mandatario estadounidense agitó la bandera de gravar los autos importados.
Firmas europeas muy diversas, como vinerías, fabricantes alemanes de herramientas o productores de whisky escocés, han clamado por lograr que Washington se quitase los aranceles de la cabeza.
El presidente de Estados Unidos y el de la Comisión Europea Jean Claude Junker pactaron en julio del año pasado un alto al fuego en el conflicto para emprender negociaciones que no llegaron a nada.
La batalla entre Boeing y Airbus en la OMC comenzó en 2004 cuando Washington acusó a Gran Bretaña, Alemania, Francia y España de verter subsidios indebidos para sostener la producción de Airbus.