Estados Unidos está evaluando la petición del gobierno de Haití para que se envíen tropas extranjeras para hacer frente a la grave crisis que vive país, dijo este jueves la Casa Blanca.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo en una llamada con periodistas que Washington estudia la solicitud del Ejecutivo del primer ministro haitiano, Ariel Henry, «en coordinación con sus socios extranjeros» y que por el momento no tiene ningún anuncio que hacer al respecto.
Indicó que la Casa Blanca está centrada en determinar «a quién pueden pedirse cuentas por la violencia» y en aumentar su apoyo para abordar la escasez de combustible en Haití.
Kirby recordó que la situación de seguridad está alterando el flujo de ayuda humanitaria, que tiene como uno de sus objetivos detener el brote de cólera.
Destacó que la mayor prioridad de Estados Unidos en Haití es que la ayuda humanitaria, «que es absolutamente crucial y vital», llegue al mayor número de haitianos que la necesiten.
En una carta dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres, Henry pidió la semana pasada la solidaridad de los «países amigos de Haití» que tienen la capacidad de «desplegar sin demora una fuerza armada internacional especializada para hacer frente a la crisis humanitaria».
«Fuerza de acción rápida»
Guterres propuso el domingo mandar a Haití una «fuerza de acción rápida» compuesta por militares de uno o varios países para ayudar al gobierno a recuperar el control de Puerto Príncipe de las bandas armadas que dominan partes de la capital.
La operación, que busca también desbloquear el suministro de combustible y otros productos básicos, no se desarrollaría bajo el paraguas de la ONU, sino que estaría liderada por un Estado miembro.
El gobierno de Estados Unidos impuso el miércoles restricciones de visados a responsables y exresponsables haitianos implicados en la violencia callejera por bandas criminales y otras organizaciones.
Exploración de opciones
En una llamada con periodistas, un funcionario de alto rango de la administración estadounidense consideró como «prematuro» hablar de una presencia de seguridad estadounidense en Haití.
Agregó que su país está explorando «varias opciones» con sus socios internacionales, lo que no tiene por qué estar limitado a «botas sobre el terreno».
La decisión del gobierno haitiano de pedir a la comunidad internacional el envío de tropas no goza, sin embargo, de unanimidad en el país, hasta el punto de que el Senado ha demandado que se anule la solicitud sobre ese despliegue.