Estados Unidos eliminó «completamente» los restos mortales del líder del grupo terrorista Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, después de comprobar su identidad, luego de su muerte el sábado por la noche, en una operación militar en el noroeste de Siria, informó este lunes el Pentágono.
«Los restos de Al Baghdadi fueron transportados a una instalación segura para confirmar su identidad con pruebas forenses de ADN. La eliminación de sus restos se realizó se completó y se manejó de manera apropiada», explicó el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Mark Milley, en una rueda de prensa en el Pentágono.
Milley no detalló el proceso que siguieron para eliminar los restos mortales, pero sí precisó que existen videos y fotos del momento del asalto al recinto, cercano a la frontera de Siria con Turquía, en el que se encontraba Al Baghdadi, varios de sus hijos y de sus hombres.
«Durante la misión, las fuerzas estadounidenses se infiltraron a través de helicópteros. Una vez que aseguramos el objetivo, las fuerzas de asalto entraron y las amenazas se eliminaron rápidamente», argumentó el militar.
Posteriormente, las fuerzas estadounidenses descubrieron a Al Baghdadi escondiéndose en un túnel. Lo persiguieron y el terrorista detonó un chaleco suicida que llevaba adosado a su cuerpo.
Dos funcionarios del Departamento de Defensa citados este lunes por la cadena de la televisión CNN, dijeron que los restos del fundador de EI fueron lanzados al mar. Siguiendo el mismo protocolo que se usó tras la muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, en 2011, aunque el Pentágono no lo confirmó.
Milley hizo su relato al lado del secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, que calificó de «valiente» la decisión del presidente, Donald Trump. El presidente estadounidense dio luz verde a una operación complicada en terreno sirio.
El jefe del Pentágono dijo que la muerte de Al Baghdadi supone un golpe devastador para el EI. Aunque señaló que la situación de seguridad en Siria continua siendo compleja.
Con el fallecimiento de Al Baghdadi se pone fin a años de persecución de uno de los hombres más buscados por Estados Unidos. Después de que proclamara en junio de 2014 un califato, en amplias zonas de Siria e Irak.
El grupo fue perdiendo poco a poco territorio en ambos países. En marzo de este año perdió su último bastión, Al Baguz, en el este de Siria.
El anuncio de la muerte del terrorista se produce justo después de que Estados Unidos redujera su implicación en la zona. Por otro lado, Trump también había anunciado la retirada del millar de efectivos estadounidenses desplegados en Siria.