Estados Unidos acusó este lunes a Rusia de aplicar un «castigo colectivo» para los países en desarrollo con su decisión de suspender el acuerdo de exportación de grano ucraniano, y denunció que Moscú «no tiene ninguna justificación» para salir del pacto.
«La suspensión por parte de Moscú es un castigo colectivo para el resto del mundo, pero especialmente para los países de bajos y medianos ingresos que tanto lo necesitan», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en rueda de prensa.
El funcionario aseguró que dos tercios del grano que se ha exportado de Ucrania debido al acuerdo alcanzado en agosto para desbloquear la salida al mar Negro han ido a parar a países en vías de desarrollo.
«El granero del mundo»
Price definió Ucrania como «el granero del mundo» y afirmó que el acuerdo ha permitido hasta ahora frenar la subida de precios y mitigar la crisis alimentaria derivada de la invasión rusa.
«Los precios han caído gracias a la iniciativa, pero este progreso pende de un hilo. Si Rusia no reanuda su participación, no solo impactará a Ucrania, sino que será un duro golpe para el resto del mundo», dijo.
Moscú suspendió el acuerdo que había sellado con Ucrania, la ONU y Turquía para facilitar la salida del grano ucraniano tras denunciar ataques con drones contra su flota en el mar Negro.
Esos argumentos fueron puestos en cuestión hoy por el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, durante un discurso en el que entre otras cosas dijo que ningún carguero se encontraba en el corredor en la noche del 29 de octubre, cuando supuestamente los ataques tuvieron lugar.
Al respecto, el Departamento de Estado dijo que Rusia «no tiene ninguna justificación para tomar esta decisión» e insistió en la teoría de Washington de que el presidente ruso, Vladimir Putin, está «frustrado» por el mal desempeño de su campaña militar.