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Sin resultado oficial: Ecuador en completa incertidumbre por la paridad entre dos candidatos

por Avatar EFE

Ecuador vive por tercer día consecutivo una tensa espera para conocer al segundo candidato presidencial que pasará al balotaje en abril. Ello, entre llamamientos desde el movimiento indígena a la «gran movilización» y los de distintos poderes del Estado para mantener la calma.

La tensión ha ido creciendo a la par que se reduce la brecha de votos entre Yaku Pérez (Pachakutik, izquierda ambiental) y Guillermo Lasso (CREO, centroderecha), ahora en apenas 4.502 votos (0,05 puntos porcentuales).

Según la plataforma digital del Consejo Nacional Electoral de ese país, Pérez obtiene 19,65% de los votos y Lasso 19,60%. Esto con un escrutinio de 99,45% de las urnas.

Fuera de la puja, el ganador, el correísta Andrés Arauz, ya calificó para segunda vuelta y que ve su cuota en torno al mismo 32% del lunes.

Moreno rompe el silencio

Saliéndose de un estricto silencio en temas electorales, el presidente Lenín Moreno, que dejará el poder el 24 de mayo, tuvo que pedir a todas las partes «calma, paciencia y prudencia».

En un video grabado, dijo que la respuesta la tiene el CNE con el acompañamiento de observadores internacionales.

“Ellos tendrán que certificar al país los resultados definitivos», subrayó al instar a ese organismo, los candidatos y la sociedad al irrestricto cumplimiento a la ley.

Pero, a la vez, invitó al CNE a que atienda todos los pedidos de revisión que los candidatos requieran.

A su llamado se se sumaron, en un comunicado conjunto, los jefes de la Asamblea Nacional, el Consejo de la Judicatura y la Función de Transparencia y Control Social.

 Teoría de la confabulación

Los temores a una movilización indígena -como la que en octubre de 2019 sacudió el país, con una decena de muertos y unos 1.500 heridos- los ha alentado el partido Pachakutik con una convocatoria a la movilización en momentos en que la diferencia de votos entre uno y otro candidato iba cerrándose.

Llama a un «gran movilización nacional en defensa de la voluntad popular y la democracia» y para salir al paso de las maniobras del pacto oligárquico”. Esto en referencia a Lasso, el exmandatario Rafael Correa (2007-2017) y el exdirigente social cristiano Jaime Nebot.

Extraña alianza a priori entre dos conocidos conservadores y su más acérrimo enemigo de izquierdas pero que, en la compleja política ecuatoriana, hasta tiene su razón de ser. Es una mera cuestión de óptica.

Y la de Pérez es muy clara, según explicó a Efe en una entrevista desde Guayaquil, donde se encuentra para supervisar el recuento de unas actas cruciales.

«Para mí está claro. A Correa, el más preocupado, no le interesa que gane porque Yaku no tiene techo. Lasso lo tiene, no ganaría porque tiene antecedentes del Feriado bancario (1999) y de haber cogobernado con el actual gobierno, el peor de la historia», dijo.

«Por eso buscan a toda costa meter mano en el CNE y enturbiar el proceso electoral», manifestó.

Como respaldo a sus denuncias, inconsistencias numéricas en el escrutinio, ausencia de actas, falta de padrones y disparidades entre los datos introducidos y las actas.

 

Sondeos con demasiado peso

El ambiente comenzó a caldearse en Ecuador desde el mismísimo cierre el domingo de los colegios electorales, cuando el llamado «conteo rápido» (un muestra representativa de urnas) puso a Pérez en segunda posición, para sorpresa de muchos que le daban ese privilegio a Lasso.

En realidad, era un empate técnico pues se trataba apenas de 0,2% de los votos y de un conteo parcial que fue evolucionando a lo largo de la noche, lo que despertó más suspicacias.

La lenta y poco representativa progresión en la extracción de los resultados reales tampoco ha ayudado, pues se ha dejado para revisión final las incidencias en la provincia de Guayas, donde Lasso tiene su bastión.

Los datos de la Sierra, más receptiva de la oferta política de Pérez, salieron antes, y de ahí que en los últimos tres días el líder conservador haya acortado distancias.

La diferencia de 52.933 votos el martes, comenzó a bajar hasta un mínimo 4.200 este miércoles, obligando a un paro de dos horas en el recuento de actas con incidencias para revisar las denuncias de Pérez.

«Las elecciones se ganan en las urnas y hasta que no se termine el escrutinio, entendiéndose esto la revisión de actas con inconsistencias o las del exterior, que todavía no llegan, esto no termina». Así lo explicó el vicepresidente del CNE, Enrique Pita, apuntado en numerosas ocasiones como favorecedor de posiciones de derechas.

No tajante a la violencia

Argumentos que en nada convencen a un Pérez que, convencido de sus cálculos y proyecciones, y de que las maniobras políticas pueden no tener límite en su país, afirmó que el CNE «despierta muchas desconfianzas» por su mera composición, dado que Pachakutik no tiene «ni un solo vocal».

«Nos da impotencia el no tener una persona adentro para ver qué están cocinando. ¡Mucha impotencia!», reconoció a Efe.

Pero exhortó a sus seguidores a no recurrir a la violencia, porque no quiere que se repitan pérdidas de vidas humanas como en 2019.

«No agachar la cabeza, pero con la resistencia pacífica», manifestó, y aseguró que agotará todos los recursos legales a su alcance.

Mientras, en los centros del CNE en Guayaquil y Quito algunas concentraciones de militantes, por ahora, pequeñas (varios cientos) y pacíficas.

De lo que no hay duda para ellos es de que el resultado solo puede ser uno: «la votación ya es clara, estamos en segunda vuelta», dijo a Efe Nyau Uyunkar, presidente del Comité Interfederacional, quien pidió al país tranquilidad y no entrar en una desconfianza entre el pueblo».