Drones ucranianos atacaron esta madrugada una planta de misiles hipersónicos Kinzhal en la región de Moscú y una fábrica de explosivos en la región de Briansk, limítrofe con Ucrania.
Según informó el canal de Telegram Astra, uno de los ataques tenía como objetivo las instalaciones de la planta Mashinostroenia, situada en la histórica localidad de Kolomna, y que también fabrica misiles de Iskander.
El pasado 11 de noviembre un dron enemigo causó daños en las fachadas de los edificios de la planta, que está a poco más de 100 kilómetros de Moscú.
Según el medio independiente ruso The Insider, Rusia sigue recibiendo componentes desde Europa para producir sus misiles Kinzhal, pues su fabricante, pese a pertenecer a la sancionada corporación estatal Rostec, no está incluida en la lista negra de la Unión Europea, que prohíbe la exportación a Rusia de bienes y tecnología de doble uso.
Además, según el canal Baza, un dron de ala fija también alcanzó el recinto de la fábrica de sustancias químicas para explosivos «50 años de la URSS» que se encuentra a unos 30 kilómetros de Briansk, capital de la región homónima.
El Ministerio de Defensa ruso informó el martes de que sus baterías antiaéreas derribaron cuatro drones sobre las regiones de Moscú, Briansk, Orlov y Tambov.
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