Dos personas resultaron heridas de bala este jueves durante un cinematográfico robo en el aeropuerto de Viracopos, en la localidad brasileña de Campinas. En ese lugar, varios camiones terminaron incendiados por los ladrones para impedir el paso de la policía.
El robo se produjo en el terminal de carga del aeropuerto de Campinas, en el estado de São Paulo. Sin embargo, por el momento se desconoce cuál fue la mercancía hurtada por los delincuentes.
Un grupo de unos 10 atracadores irrumpió en el terminal sobre las 10:00 am, cuando comenzó un tiroteo con los agentes de seguridad que vigilaban la zona, 2 de los cuales resultaron heridos, de acuedo con un boletín del aeropuerto de Viracopos.
El grupo, que se encontraba fuertemente armado, llegó al sitio de carga con dos vehículos similares a los de la Aeronáutica. Pese a que los neumáticos resultaron pinchados, consiguieron llegar hasta el patio y realizar el asalto.
Los ladrones huyeron utilizando dos furgonetas que les esperaban en la parte exterior del terminal. Además, en su huida, incendiaron tres camiones en la autopista Santos Dumont y bloquearon los accesos en ambos sentidos, impidiendo así el paso de los agentes policiales y generando kilométricas filas.
Segundo asalto en aeropuertos
Es el segundo asalto de grandes dimensiones en el estado de São Paulo en lo que va de año. En el pasado mes de julio, un grupo fuertemente armado que usaba uniformes de la Policía Federal de Brasil robó cerca de una tonelada de oro almacenada en un terminal de carga del aeropuerto internacional de Guarulhos, en la región metropolitana de São Paulo.
El suceso adquirió notoriedad internacional y llegó a ser incluso comparado con la célebre serie La casa de papel de la plataforma Netflix.
La Policía sospecha que el oro robado terminó fundido y se está enviando en pequeñas cantidades a China, por medio de láminas de nueve por seis centímetros escondidas en el interior de teléfonos celulares.
Seis sospechosos, cuatros de ellos en prisión preventiva y dos prófugos, serán juzgados por el robo del oro, entre ellos, el supervisor de logística del aeropuerto, quien declaró que él y su familia fueron hechos rehenes, pero después cayó en contradicciones y confesó su participación en el crimen.