El cardenal George Pell estaba al corriente de los abusos sexuales a menores en la Iglesia Católica de Australia desde los años setenta pero no hizo nada para apartar a los curas implicados, según una investigación publicada este jueves.
Pell, que llegó a ser tesorero del Vaticano, fue acusado de abusos sexuales a menores y pasó más de un año en prisión pero finalmente fue absuelto el mes pasado por la Alta Corta australiano de todos los cargos y liberado de prisión.
El informe de la Royal Commission -una comisión de investigación pública que escuchó a miles de testigos- fue terminado en 2017 pero había muchas partes censuradas para no influir en los juicios en curso y que ahora se hicieron públicas.
La comisión determinó que en 1973, cuando era sacerdote en la diócesis rural de Ballarat, en el estado de Victoria, Pell ya estaba al corriente de que Gerald Ridsdale, un cura católico ahora encarcelado, se llevaba a niños para paseos nocturnos en el campo.
«En este momento ya tenía conocimiento del abuso sexual a menores», indica el informe.
«También estamos convencidos de que en 1973 el cardenal Pell no solo era consciente de los abusos sexuales a niños por parte del clero sino que también había considerado medidas para evitar situaciones que provocaran rumores sobre el tema», apunta el informe.
Los investigadores añaden que «es probable que conociera las transgresiones sexuales de Ridsdale» en 1977, cuando Pell participó en una reunión en la que se habló de trasladarle a otra parroquia.
Asegura que no se acuerda
Pell, que en 1973 vivió con Ridsdale y le apoyó en su primer juicio en 1993, asegura que no se acuerda de que hubiera acusaciones contra él cuando estaba en Ballarat.
En un comunicado publicado el jueves, el cardenal dijo que estaba «sorprendido por algunas de las opiniones de la Royal Commission». «Estas opiniones no se basan en pruebas», afirmó.
La comisión también determinó que Pell tendría que haber intentado expulsar a otro cura, Peter Searson, tras recibir una lista de quejas de una delegación de profesores en 1989, cuando Pell era vicearzobispo de Melbourne.
Searson fue objeto de numerosas quejas entre los años 1970 y los años 1990, incluyendo sobre abusos sexuales a niños y por su conducta «desagradable, extraña, agresiva y violenta», según la comisión.
Aunque Pell admitió que su investigación podría haber sido «un poco más agresiva» para recomendar medidas al arzobispo, la comisión considera que tendría que haber actuado contra Searson en 1989 pero no lo hizo hasta 1997.
En su comunicado del jueves, Pell dijo que la delegación de profesores «no mencionó agresiones sexuales ni pidió sacar a Searson».
Searson se declaró culpable en 1997 de agredir físicamente a un niño pero nunca fue imputado por abusos sexuales. Murió en 2009.
Exagerados
En 2012, cuando se anunció la investigación de la Royal Commission, Pell, entonces arzobispo de Sídney, dijo que los abusos en la iglesia católica estaban «exagerados».
La investigación se basó en los testimonios de más de 4.000 presuntas víctimas de abusos sexuales en instituciones religiosas y llego a la conclusión de que en algunas diócesis más del 15% de los curas eran agresores.
Pell, de 78 años de edad, pasó más de un año en prisión tras su condena en diciembre de 2018 por abusos sexuales a dos monaguillos en los años 1990, cuando era arzobispo de Melbourne.
Siempre negó los cargos y finalmente fue absuelto por el Alto Tribunal australiano tras un segundo proceso de apelación.