Una pequeña exposición de dibujos realizados por niños ucranianos que lograron huir de la guerra quiere denunciar el secuestro de decenas de miles de menores a manos de Rusia y las dificultades para recuperarlos.
«Hasta ahora solo un número muy reducido de los menores secuestrados por los rusos han sido devueltos a sus desesperadas familias», denuncian las tres ONG que organizan la muestra, inaugurada recientemente en un centro cultural de Viena.
A los 10 carteles con los dibujos de 61 niños ucranianos refugiados en Austria, esas ONG añadieron mensajes como «Rusia cambia los nombres a los niños ucranianos» o «Rusia entrena a los niños ucranianos de más edad para luchar contra Ucrania», para denunciar esos secuestros.
En la parte de atrás de los carteles hay fotografías de madres que muestran en su teléfono móvil una imagen de sus hijos secuestrados a los que todavía no han encontrado.
Según datos oficiales de Kyiv, Rusia ha secuestrado a unos 20.000 niños ucranianos desde que comenzó su invasión a Ucrania hace 16 meses, aunque «el número de casos no denunciados se estima en 200.000», asegura Mykola Kuleba, presidente de Save Ukraine, una de las ONG que organizan la exposición.
De esos 200.000, «solamente han podido ser rescatados 120 niños», denuncia por su parte Pascale Vayer, fundadora de Kleine Herzen (pequeños corazones, en alemán), que participa también en el proyecto impulsado por la plataforma artística Art Contact Ukraine.
Estos niños, de entre 1 y 7 años de edad, vivieron escondidos de los bombardeos rusos durante un mes en el sótano del orfanato de Kropyvnytskyi, una ciudad en Ucrania central.
Hoy están a salvo en Austria, gracias a Kleine Herzen, que logró evacuarlos junto con Save Ucraine, la ONG ucraniana que desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania trata de recuperar a los niños secuestrados.
El 17 de marzo de 2023 la Corte Penal Internacional (CPI) acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de crímenes por la deportación ilegal de personas y niños de Ucrania a Rusia.
Save Ukraine y Kleine Herzen denuncian que Rusia está borrando la identidad ucraniana de esos niños y que incluso entrena a los mayores entre ellos como soldados.
Las ONG indican que algunos de los secuestrados han sido víctimas de abusos sexuales.
«Cometer crímenes contra niños solo lo hace un Estado fallido», denuncia Yana Gryniv, de Art Contact Ukraine.
La exposición quiere también recaudar los fondos que se necesitan para devolver a Ucrania a los menores secuestrados en Rusia, algo cada vez más difícil y costoso.
El proceso de repatriación cuesta unos 4.000 euros por cada menor para pagar el viaje, el hotel, la comida y los gastos administrativos.