La captura del narcotraficante, alias Tavo, se concretó el pasado sábado en una zona rural de Córdoba, Colombia, hasta donde llegó un grupo de comandos Jungla de la Policía Antinarcóticos de ese país. El gobierno de Iván Duque ofrecía una recompensa de 580 millones de pesos por información que permitiera su ubicación.
La operación fue coordinada entre la Policía, la Fiscalía General y la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, organismos que venían siguiéndole los pasos a Tavo hace algunos meses.
Fuentes de la Policía le confirmaron a El Tiempo que hace una semana el narcotraficante realizó una fiesta en su finca, en medio del aislamiento obligatorio. Al festejo asistieron varios integrantes de su familia, invitados, mariachis y grupos musicales.
Esa actividad encendió las alarmas de los investigadores, no solo por el hecho de romper con las medidas decretadas por el Ejecutivo para evitar la expansión del coronavirus, sino por las excentricidades que hubo esa noche.
«Los invitados llegaron en carros de alta gama, los grupos musicales fueron trasladados desde Montería, sumado a los excesos de licor y otras actividades. Esa fue una de las pistas para pensar que Tavo se encontraba en el lugar», dijo la fuente.
Durante la semana, un grupo de agentes hizo inteligencia a la finca y estableció que contaba con todo tipo de lujos, piscina, jacuzzi, caballos de paso y ganadería.
«En medio de las vigilancias se concretó la presencia de Tavo en la finca, a quien se le acusa de sacar al menos 6 toneladas de cocaína mensualmente por los puertos de Santa Marta y Cartagena», afirmó la fuente.
Con la confirmación de la presencia del presunto narcotraficante, un grupo de comandos ingresó a la finca y logró la captura de Tavo, quien no se resistió.
En ese momento, el narcotraficante estaba enfrentado por el control de los puestos con la red criminal de los Pachenca, en especial con 5-5, alias Pinocho y 80. Esta guerra territorial había incidido en el incremento de homicidios en la región Caribe.
El delincuente le estaba abriendo espacio a un antiguo jefe que este año regresaría a Colombia por pena cumplida en Estados Unidos, de acuerdo con las autoridades.
Antecedentes de alias Tavo
Álvarez Téllez, de 50 años de edad, es el líder de la estructura Caribe del Clan del Golfo, cuyo máximo jefe es Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel.
Alias Tavo inició su actividad criminal en 1990 cuando hizo parte de las autodefensas del Magdalena Medio al mando de Ramón Isaza.
Con el transcurrir de los años, el narcotraficante se radicó en Cartagena, Colombia. En ese lugar terminó como sicario al servicio de Diego Vecino y alias Juancho Dique, jefes del Bloque Montes de María de las AUC.
Para 2005 se radicó en Medellín donde hizo parte de la Oficina, en ese momento al mando de Maximiliano Bonilla, alias Valenciano.
En mayo de 2012 resultó capturado por la Policía Antinarcóticos, en una operación en la que participaron la DEA y autoridades de Holanda y Aruba. Terminó extraditado a Estados Unidos donde solo pagó dos años de condena. Regresó en 2014.
Desde que retornó Tavo a Colombia, se unió a la red del Clan del Golfo, según la Policía. Se espera que Estados Unidos lo solicite en extradición una vez más.