Las autoridades italianas detuvieron este miércoles a tres presuntos ayudantes del último jefe de la mafia Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, estrechando el círculo que permitió su fuga durante 30 años, hasta su muerte el pasado septiembre.
La operación, ordenada por la Fiscalía de la capital siciliana Palermo, ha sido ejecutada por agentes de los Carabineros (policía militarizada italiana) en las provincias de Trapani, Milán y Monza, según un comunicado del cuerpo.
Las pesquisas han permitido «desvelar el contexto mafioso que permitió a Messina Denaro eludir su captura y ejercer el rol de jefe de la mafia siciliana durante casi treinta años».
Uno de los tres arrestados es Massimo Gentile, de 51 años y desde el 2019 funcionario del ayuntamiento de Limbiate con la función de gestionar las inversiones para las obras públicas.
Sobre él, los agentes dicen que prestó su propia identidad a Messina Denaro para permitirle comprar un coche y una moto en sus años fugado así como contratar seguros, realizar operaciones bancarias y eludir los controles de las fuerzas del orden.
El segundo detenido es Cosimo Leone, radiólogo de 56 años de edad, residente en Campobello de Mazzara, donde el capo mafioso pasó gran parte de su clandestinidad hasta su arresto en enero de 2023, cuando iba a tratarse a una clínica el cáncer de colon que sufría.
El último detenido es Salvatore Leonardo Gulotta porque, a pesar de no pertenecer a Cosa Nostra, al contrario que los otros dos, ofreció entre 2007 y 2017 al capo fugado un teléfono y gestionó sus traslados.
Messina Denaro, uno de los criminales más buscados de Italia en el mundo, falleció el pasado 25 de septiembre a los 61 años de edad en el hospital de L’Aquila, la ciudad donde cumplía la cadena perpetua tras su histórico arresto, a causa de un cáncer de colon.
Autor de numerosos asesinatos y atentados, fue detenido cuando acudía a una clínica privada de Palermo para tratar su tumor y tras su arresto se descubrió que se había escondido los últimos años en la localidad siciliana de Campobello di Mazzara, cerca de su pueblo natal, Castelvetrano, llevando una vida sorprendentemente normal, yendo a restaurantes o recibiendo visitas.
Desde su arresto y muerte, las autoridades se esfuerzan en revelar la red de colaboradores que permitió al mafioso gestionar desde la clandestinidad su organización criminal.
Entre los detenidos están su hermana Rosalía; su chófer, Giovanni Luppino; un médico de Campobello di Mazzara, Alfonso Tumbarello, o el matrimonio que le ayudó a esconderse, Emanuele Bonafede y Lorena Ninca Lanceri.