Un millar de policías fueron desplegados este viernes en los alrededores de Plaza Italia, la zona cero del estallido social en Chile.
La plaza amaneció además cercada por vallas, en un intento de las autoridades por desactivar las protestas más graves de las últimas tres décadas.
«Lo que buscamos es que los derechos de las personas que circulan o viven en el sector de Plaza Italia dejen de ser afectados», explicó el gobernador metropolitano, Felipe Guevara.
Plaza Italia es una rotonda que separa el centro de la capital chilena de los barrios más acomodados. Esta ha sido el epicentro o zona cero de la crisis.
Las manifestaciones contra el desigual modelo económico y la represión comenzaron siendo multitudinarias y prácticamente diarias, pero se han espaciado y suelen celebrarse solo los viernes.
Este viernes se convocó por las redes sociales una nueva concentración y se llamó a ocupar la plaza con carpas. A primera hora de la tarde pequeños grupos de manifestantes se acercaron a Plaza Italia, aunque fueron dispersados por los Carabineros.
«Si alguien insiste en quedarse va a ser retirado del lugar por las policías. Se van a usar todos los medios y protocolos que la ley y autorice», advirtió el intendente.
«Lo que queremos es que los vecinos puedan ejercer el derecho que tienen de que la ciudad funcione. Y en eso estamos trabajando, en devolverle la ciudad a los vecinos de nuestra región metropolitana», agregó.
Lo que empezó como un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de la tarifa se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo.
En las protestas hubo violencia extrema con saqueos, incendios, barricadas y destrucción de mobiliario público.
Aunque las manifestaciones han perdido fuerza, sigue existiendo descontento en las calles y la crisis. Pese a las medidas sociales anunciadas por el gobierno y al acuerdo parlamentario para convocar un plebiscito sobre una nueva Constitución, estas parecen estar lejos de apaciguarse.