Organizaciones de la sociedad civil que vigilan el flujo de migrantes en el Mediterráneo Central alertaron este sábado de la desaparición de un bote neumático con cerca de 70 personas a bordo que habría salido hace cuatro días de la ciudad libia de Khoms rumbo a la isla italiana de Lampedusa.
Según una de ellas, Alarm Phone, se perdió todo contacto con la embarcación cuando se hallaba en zona de rescate marítimo (SAR) de Malta, a escasas once millas de aguas territoriales italianas.
La ONG insta a las autoridades de ambos países a que inicien la búsqueda del bote, ante el riesgo de que naufrague o haya comenzado a hundirse.
La ruta del Mediterráneo central, que parte del Sahel y atraviesa el desierto antes de abrirse al mar desde las playas de Túnez y Libia está considerada la más mortífera del mundo.
Según cifras de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) más de 25.200 personas han sido interceptadas en esta zona del Mediterráneo a lo largo de este año, más del doble que el pasado año, y devueltas a Libia pese a estar considerado «un país no seguro».
Otras 455 han muerto y 660 más han desaparecido en el mismo periodo, frente a las 381 que fallecieron y las 597 que desaparecieron en 2020.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que 2011 la OTAN contribuyera militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad el país sigue dividido en dos frentes políticos, pese a los esfuerzos de mediación de la ONU, y es presa de las milicias, los mercenarios y las distintas mafias, que han establecido un sistema de economía corsaria a través del norte de África y el Sahel.