La ciudad de Denver siente de nuevo la presión por la llegada masiva de inmigrantes enviados en decenas de autobuses por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que tiene a la capital de Colorado (Estados Unidos) al borde de una nueva emergencia.
Desde agosto se ha duplicado la cantidad de migrantes, la mayoría venezolanos, que llegan a Denver desde la frontera con México, en comparación con julio, cuando terminó el programa de alojamiento de migrantes en instalaciones municipales, indicó este viernes el Departamento de Servicios Humanos local.
La nueva demanda por servicios de ayuda para migrantes ocurre solo dos meses después de que Mike Johnston asumiera como alcalde de Denver y prometiese no usar fondos públicos municipales de servicios sociales para ayudar a migrantes.
A la vez, el inminente inicio del otoño boreal significa un aumento en los casos de personas desamparadas buscando alojamiento.
Contrariamente a lo sucedido entre noviembre de 2022 y mayo pasado, la mayoría de los migrantes recién llegados (60%) pide quedarse en Denver. Y ya no se trata de hombres solos, sino de un alto porcentaje de familias con niños.
Según Victoria Aguilar, portavoz del Departamento de Servicios Humanos de Denver (DDHS, en inglés), en las últimas ocho semanas llegaron 21 autobuses desde Texas con un total de 800 migrantes, además de aquellos que llegaron a Denver por cuenta propia.
Desde el 18 de mayo, unos 8.000 migrantes llegaron a Denver en 210 autobuses enviados por Abott.
Actualmente el DDHS provee servicios directos o indirectos a 16.836 migrantes, comparado con 9.300 en mayo pasado, cuando el entonces alcalde Michael Hancock declaró el estado de emergencia en Denver debido al «agotamiento de recursos y presupuesto».
El costo total de esos servicios ya supera los 23 millones de dólares, cuando el presupuesto anual habitual de Denver era de 2,5 millones y se esperaba no gastar más de 11 millones en todo 2023.
«No nos encontramos en una situación de emergencia. Definitivamente estamos empezando a sentir cierta presión con el aumento del número y los múltiples autobuses por semana», dijo la portavoz.
Agregó que si la situación cambia, como ocurrió en diciembre o en mayo, definitivamente el alcalde Johnston no dudará en emitir una declaración de emergencia.
Aguilar enfatizó que la ayuda a los migrantes, incluyendo alojamiento, no ha interferido con los programas de ayuda a personas sin techo debido a que hay mejor coordinación entre DDHS y organizaciones de ayuda locales.
Pero esas organizaciones caritativas, incluyendo bancos de comida y clínicas de salud, también corren el riesgo de quedarse sin los recursos necesarios para continuar con sus programas, como sucedió hace tres meses.
Desde el primero de septiembre, el DDHS habilitó un centro de donaciones para el Fondo de Recién Llegados como elementos de uso personal y especialmente ropa de abrigo para el invierno.
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