El sacerdote nicaragüense Óscar José Escoto Salgado, vicario de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, fue detenido por la policía en medio de tensiones entre el gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica, denunciaron este viernes activistas de derechos humanos y opositores.
El religioso, director del colegio diócesano San Luis Gonzaga y a cargo de la parroquia de Santa María de Guadalupe, en Matagalpa, fue detenido «en plena Navidad y en horas de la noche de ayer 21 de diciembre», indicó la activista nicaragüense desnacionalizada Haydeé Castillo a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter).
El sacerdote fue detenido dos días después de que las autoridades arrestaran al obispo Isidoro del Carmen Mora Ortega, de la diócesis de Siuna, en el Caribe de Nicaragua, quien fue encarcelado junto a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacios.
Monseñor Mora fue detenido un día después de invocar en una homilía al obispo encarcelado Rolando Álvarez, condenado en febrero a más de 26 años de prisión por delitos considerados traición a la patria tras negarse a abandonar su país.
Según la defensora Castillo, el nuevo sacerdote encarcelado era «la autoridad máxima de la Iglesia en Matagalpa a raíz del secuestro de monseñor Rolando Álvarez», por lo que urgió al papa Francisco y a la Conferencia Episcopal de Nicaragua a proteger a su Iglesia y presionar «por un alto a semejante represión».
Ni el gobierno de Ortega ni la Policía Nacional ha confirmado o negado la presunta detención del sacerdote.
Reacciones
Según el abogado nicaragüense desnacionalizado y exfuncionario del Poder Judicial, Yader Morazán, natural de Matagalpa, el religioso detenido es hermano de la exalcaldesa sandinista del municipio de Ciudad Darío y actual delegada del Ministerio de Educación en esa ciudad, Catalina Escoto.
Por su lado, la legendaria guerrillera sandinista desnacionalizada Dora María Téllez opinó a través de su cuenta en la red social X que «los Ortega Murillo quieren hacer tierra arrasada con la Diócesis de Matagalpa», que preside el obispo encarcelado Rolando Álvarez.
En tanto, el dirigente opositor también desnacionalizado Félix Maradiaga alertó que «la implacable persecución y detención de sacerdotes católicos en Nicaragua continúan sin cesar», por lo que instó «a la comunidad internacional no solo a solidarizarse con el pueblo de Nicaragua, sino a actuar y a abogar por el cese de medidas opresivas contra el clero y los ciudadanos».
«Les pedimos humildemente su apoyo y colaboración para crear conciencia sobre esta situación crítica en Nicaragua», abogó en su cuenta de la red social X.
Dos obispos, un sacerdote y dos seminaritas
El sacerdote Escoto se une al obispo Mora y a los dos seminaristas como los últimos religiosos detenidos en Nicaragua.
En el caso de Mora en el segundo obispo detenido en Nicaragua. El primero fue Álvarez, quien el 10 de febrero fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados traición a la patria.
Esa condena fue dictada un día después de que Álvarez rechazó subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Ortega, quien en cadena nacional lo calificó de «soberbio», «desquiciado» y «energúmeno».
Las relaciones del gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.