La petrolera Repsol fue demandada en un tribunal de Países Bajos por unos 1.000 millones de dólares debido al derrame de crudo de 2022 en la refinería de La Pampilla, en el norte de Lima, según informaron este viernes medios locales y confirmó la compañía.
«Hemos tomado conocimiento que Refinería La Pampilla ha sido demandada ante una corte de Holanda en representación de un grupo de presuntos afectados por el derrame. A la fecha, nos encontramos revisando los alcances del reclamo», detalló un comunicado de Repsol, que no confirmó el monto de la demanda.
Según el diario El Comercio, la demanda fue interpuesta por la firma internacional de abogados Pogust Goodhead por la pérdida de miles de puestos de trabajo.
A juicio de Repsol, esta demanda «no tiene fundamento», si bien detalló que la refinería La Pampilla «es respetuosa del derecho que tienen las personas de acudir al sistema de justicia cuando lo consideren necesario».
«Sin embargo, de acuerdo con experiencias similares, consideramos que este caso debe ser abordado en el Perú», agregó la empresa.
El Comercio, que dialogó con los demandantes, informó que la demanda colectiva reúne más de 34.000 firmas de afectados.
Siempre según los demandantes, «lo que se busca es una compensación económica por los daños generados tras el derrame de unos 12.000 barriles de petróleo el 15 de enero del 2022, que implicó la paralización de la pesca artesanal y el cierre de playas vigente hasta hoy».
El rotativo detalló que ahora la corte debe «realizar una primera audiencia en junio para determinar si la demanda procede en su jurisdicción».
Por su parte, Repsol recordó en su comunicado que, hasta la fecha, «la compañía ha destinado más de 1.000 millones de soles para las tareas de limpieza, remediación y compensaciones».
«El 98 % de los afectados identificados por el Gobierno Peruano ha cobrado sus compensaciones totales», agregó.
«Asimismo, de acuerdo con todas las mediciones de laboratorios acreditados y los resultados publicados en los reportes de las autoridades ambientales del Perú, el agua en el mar y las playas afectadas cumplen desde hace tiempo con los más altos estándares de calidad ambiental, tanto nacionales como internacionales», apostilló.
Al respecto, consideró que las playas que fueron afectadas «son aptas para el regreso de las actividades turísticas y pesqueras en la zona».