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Delegación de Guaidó busca ampliar el apoyo de Europa a la Presidencia Interina

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Una delegación democrática de Venezuela busca informar a los Estados europeos sobre la crisis humanitaria que afronta la población venezolana, consolidar la presencia de la Presidencia Interina de Juan Guaidó en ese continente y estar en contacto con la diáspora en cada uno de esas naciones.

Enrique Alvarado se convirtió, entonces, este martes en el primer embajador de la Presidencia Interina de Venezuela en ser recibido, de manera oficial, por un canciller de un país europeo.

El representante del presidente encargado de la República en Hungría se reunió con el canciller de esa nación, Peter Szijjarto, un encuentro que forma parte de la gira por Europa Central, de esta delegación de la oposición venezolana que integra Alvarado junto con el diputado a la Asamblea Nacional Francisco Sucre y el periodista venezolano Miguel Henrique Otero.

En una entrevista concedida a El Nacional, Alvarado reveló detalles sobre su trabajo en Europa Central y la posición que han adoptado los países que ha visitado en relación con la situación en Venezuela y el régimen de Nicolás Maduro.

—¿Cuál es el objetivo de las distintas giras que ha organizado en Europa y quiénes han estado presentes en esas giras?

—El trabajo del Despacho del presidente interino, Juan Guaidó, de la Comisión Permanente de Política Exterior de la Asamblea Nacional, que preside el diputado Francisco Sucre, y del Despacho del comisionado para las Relaciones Internacionales del gobierno encargado de Venezuela, que dirige el canciller Julio Borges, es uno solo. El objetivo fundamental de estas visitas es ampliar la coalición, el número de países que reconocen y apoyan al gobierno interino de Guaidó, consolidar nuestra presencia en esta parte de Europa, informar a los Estados acerca de la grave crisis humanitaria que padece Venezuela y mantener contacto con la diáspora venezolana en cada uno de estas naciones. Yo, como enviado especial y embajador en Hungría donde vivo desde hace siete meses, he sido recibido por su gobierno con gran cordialidad y respeto. Este es un país que cada día adquiere un mayor peso político y económico en la región. En todo este esfuerzo que estamos realizando, represento una pieza más de ese engranaje. Junto a mi equipo me limito a mi trabajo en Hungría, y a coordinar algunas de las actividades y programas que me ha solicitado el parlamentario Sucre y el canciller Borges en Europa Central, países bálticos y nórdicos con los que mantengo relación de trabajo y experiencia por más de 30 años. Es muy importante la presencia del gobierno interino de Guaidó en esta región del mundo, que cada día cobra mayor importancia dado el desarrollo democrático, el respeto a los derechos humanos, el peso que están adquiriendo en las instituciones europeas y en la economía mundial. Solo como una muestra de ello está Noruega, que hoy día tiene el Fondo Soberano más importante del mundo, un trillón de dólares, y Finlandia, que actualmente está presidiendo las instituciones europeas. Estas giras, dadas las limitaciones económicas que tenemos, han contado con la presencia de pocas personas, pero con un gran peso político, académico, intelectual y moral. Por solo nombrar algunos, el eurodiputado Leopoldo López Gil y el presidente editor de El Nacional, Miguel Henrique Otero. Al resto no los debo nombrar, para no poner en riesgo su seguridad, pues se encuentran en Venezuela.

Foto: Enrique Alvarado

—¿Cuál ha sido la respuesta de los distintos países de Europa respecto al régimen de Maduro y quienes han sido los interlocutores en esos países?

—En Europa cada día se asume con mayor claridad la deriva totalitaria del régimen venezolano que dirige Nicolás Maduro y su camarilla. Lo que hemos percibido en cada una de nuestras visitas a los Parlamentos, Cancillerías, universidades e instituciones es de solidaridad, de apoyo a los demócratas y al pueblo venezolano pero, a la vez, de preocupación y alarma ante la creciente presencia en nuestro territorio del narcoterrorismo, organizaciones criminales como el ELN, la disidencia de las FARC, Hezbolá y otros agentes del crimen internacional. Nuestros aliados del mundo están totalmente informados de todo lo que sucede en Venezuela, de la grave crisis humanitaria que viven los venezolanos, las violaciones permanentes y sistemáticas de los derechos humanos, la grave crisis social y económica son motivo de gran preocupación en cada uno de estos países. Con excepción de Italia, Eslovaquia y Chipre, todos las naciones de Europa reconocen al gobierno interino del presidente Juan Guaidó.

—¿Por qué los países europeos reconocen a los embajadores de Maduro y no reconocen a los de Guaidó?

—Casi todos los países europeos reconocen como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó, pero no reconocen a sus embajadores, distinto a lo que sucede en América donde muchos Estados reconocen a Guaidó como presidente y a sus embajadores, una situación a la que no es fácil entender y menos explicar. Precisamente el 10 de diciembre fui invitado oficialmente a una cordial reunión en la sede de la Cancillería  de Hungría, por el excelentísimo señor canciller de ese país, Peter Szijjarto, signo de las inmejorables relaciones entre los dos gobiernos y pueblos. La Unión Europea, para no reconocer supuestamente a los embajadores de Guaidó, parte del principio de la unanimidad a la hora de asumir posiciones en las que existan discrepancias entre sus miembros. En el caso venezolano la pauta la marca España, a los que, por sus lazos históricos, muchos miembros la consideran la bisagra entre Europa y América, pero ahora para otros no es tal bisagra. Uno de esos principios que argumentan establece que las relaciones tienen que ser entre Estados y no entre gobiernos. Otro argumento utilizado parte de la falsa premisa que el único que tiene el control de las FAN es Maduro y, por ende, quien controla el territorio venezolano. En América primaron otros principios y tratados que les permitió individualmente a algunos Estados reconocer la figura de embajador para los representantes de Juan Guaidó en sus respectivos países. Cada quien interpreta la Convención de Viena a su conveniencia, entendiendo que todos toman en cuenta los propósitos y principios de la carta de las Naciones Unidas relativo a la igualdad soberana de los Estados, al mantenimiento de la paz y de la seguridad internacional, y al fomento de las relaciones de amistad entre los pueblos, principios recogidos en el Convención de Viena. Sin duda alguna, en el fondo en algunos países de Europa lo que hay es una gran ambigüedad y falta de compromiso con los valores democráticos porque todos saben cuáles son las características terribles del régimen de Maduro como narcoestado, lo fraudulento de su propia existencia y el tipo de dictadura que ejerce.

Foto: Enrique Alvarado

—¿Cuál cree usted será la posición del nuevo alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad respecto al régimen de Maduro?

—El nuevo alto comisionado para las Relaciones Internacionales de la Unión Europea, el español Josep Borrell, es un político de mucha experiencia que conoce muy bien a Venezuela y América Latina, y a quien conozco desde hace muchos años, sabe lo que pasa en nuestro país. Tengo la impresión personal de que su comportamiento como alto comisionado será distinto a cuando fue canciller del gobierno de Pedro Sánchez. Aunque no me hago muchas expectativas con él, sin duda será muy diferente a la conducta de su antecesora Federica Mogherini. Amanecerá y veremos.

—¿Qué se le ha pedido a los países en los que ha estado respecto a las condiciones de los venezolanos de la diáspora?

—Europa no puede ser indiferente, cómplice del genocidio chavista, en la Venezuela que se desangra en sus calles. Hasta cuándo tanta pasividad e indiferencia, las instituciones europeas se tienen que movilizar a favor de nuestra causa. Todos sabemos lo que están sufriendo nuestros familiares y amigos atrapados en esta situación desesperada, que no pueden seguir esperando una ayuda que no llega. La diáspora, el éxodo venezolano es el más grande sucedido en el mundo en tiempos de paz, muy superior al ocurrido en Siria, que está en guerra. Hasta ahora han salido de Venezuela más de cuatro millones de compatriotas, y se calcula, si no ocurre un cambio, que para finales de 2020, puedan llegar a los 9 millones de desplazados, todo un drama y un reto para la comunidad internacional. Debemos unir fuerzas internacionalmente para reconocer el legítimo gobierno de transición del presidente Juan Guaidó. Activar los mecanismos diseñados para atender y paliar la emergencia humanitaria que enfrenta Venezuela actualmente son medidas de urgente aplicación. Ha quedado claro que, a pesar de la buena voluntad de nuestros vecinos, la avalancha de venezolanos que huyen despavoridos del país sobrepasa sus posibilidades y buenas intenciones. En Venezuela nada sobra y desafortunadamente todo falta. La diáspora venezolana está pasando muchas necesidades y penurias. En cada país que visitamos informamos a sus gobiernos e instituciones de esta realidad y de la necesidad de que se incremente la ayuda humanitaria y económica, especialmente por parte de los países europeos, a través de la Cruz Roja, Unicef, Cáritas, entre otras instituciones.

—¿Aceptan los países europeos que ha visitado las sanciones aplicadas por Estados Unidos?

—Me voy a limitar solo a la percepción en los países que hemos visitado, no voy hablar por otros embajadores. Muchos gobiernos lo tienen claro, pero algunos ciudadanos en Europa, no entienden el alcance de las sanciones. Nosotros hemos informado que las sanciones no son contra el pueblo, contra los ciudadanos, sino contra personalidades, individualidades, contra la cúpula corrupta que dirige el poder en Venezuela, que se ha apropiado para sus beneficio personal de miles de millones de dólares en los últimos 20 años, que tienen depositados en algunos países como Rusia, Turquía, Irán, Bielorrusia, entre otros, y en sofisticados paraísos fiscales. Muchos de esos países que he nombrado se han beneficiado con grandes negocios con el régimen chavista. Nos preocupa que mientras el gobierno de Estados Unidos ha aplicado más de 117 sanciones a individuos y 92 a entidades, tanto gubernamentales como compañías privadas, aviones y embarcaciones, la Unión Europea solo ha sancionado a 25 individuos.

—¿Cuál es la posición de estos países respecto al desarrollo del Foro de Sao Paulo y la injerencia venezolana?

—En un reciente foro que asistí en Roma, el eurodiputado Antonio López-Istúriz White, secretario general del Partido Popular Europeo, recordó que mientras el Foro de Sao Paulo andaba activo otra vez por América Latina, los líderes demócratas europeos, permanecían con los brazos cruzados; que Europa tenía que despertar, reaccionar ante esta nueva arremetida del castrochavismo, en el continente y el mundo. El ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardozo, en una visita que le hice en Sao Paulo, en 2015, me comentó que los demócratas de América y el mundo tenían que enfrentar decididamente ese invento diabólico de Fidel Castro, Hugo Chávez Frías y Lula da Silva: el Foro de Sao Paulo, que tanto daño y retroceso a traído a Venezuela y América Latina.

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