El cuñado del rey Felipe VI, Iñaki Urdangarin, ingresó este lunes en prisión para cumplir una pena de cinco años y diez meses de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo por un caso de corrupción.
Urdangarin, esposo de la Infanta Cristina, ingresó en la pequeña cárcel de Brieva, en la provincia castellana de Ávila, limítrofe con Madrid, según las fuentes.
Urdangarin, que llegó anoche al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedente de Ginebra (Suiza), donde residía con su esposa y sus cuatro hijos, podía elegir el centro penitenciario para cumplir la condena como cualquier ciudadano que en el momento de ingresar en la cárcel se encuentre en libertad.
La prisión de Brieva, situada a 7 kilómetros de la ciudad de Ávila, se construyó en 1989 y, con 43.540 metros cuadrados, es un centro de pequeño tamaño con 162 celdas y 18 complementarias, según datos de Instituciones Penitenciarias.
Urdangarin fue condenado por el desvío de varios millones de euros de dinero público a una fundación sin ánimo de lucro que él mismo presidía.
El Supremo, que redujo en cinco meses la pena de Urdangarin, ratificó la semana pasada la condena inicial por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, pero lo absolvieron de falsedad en documento público.
Es la primera vez en la historia moderna de España que un pariente de un monarca entra en la cárcel, tras un mediático proceso judicial que ha durado doce años.
El ingreso en prisión de Urdangarin coincidió con la estancia de los reyes de España en San Antonio de Texas, a 8.300 kilómetros de Madrid, donde hoy terminan su visita y viajan a Washington para reunirse mañana con el presidente de EE UU, Donald Trump, y su esposa Melania.
Cuando se conoció la resolución del Supremo el pasado 12 de junio, la Casa del Rey expresó su «respeto absoluto a la independencia del poder judicial».
Tanto la infanta como su esposo fueron apartados de toda actividad institucional a finales de 2011, días antes de que Urdangarin resultara imputado.
Posteriormente, dejaron de ser miembros de la familia real tras la abdicación de Juan Carlos I y la proclamación de Felipe VI, el 19 de junio de 2014, cuando la infanta pasó de ser hija a hermana del jefe del Estado.