Cuba y Rusia se mostraron hoy unidas frente a las «medidas coercitivas unilaterales» de Estados Unidos contra los dos países, en especial el embargo contra la isla y los intentos de Washington de reactivar la Doctrina Monroe en Venezuela.
«Compartimos con los amigos cubanos el convencimiento de que es inaceptable la presión sancionadora ilegítima y confirmamos nuestro rechazo categórico al bloqueo económico, comercial y financiero de Cuba por parte de Estados Unidos», declaró el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, tras reunirse con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.
Rodríguez denunció «el papel agresivo de la OTAN y el acercamiento a la frontera de la Federación Rusa» de la Alianza Atlántica, así como «las medidas coercitivas unilaterales que injustamente se aplican» a este país. Los jefes de la diplomacia rusa y cubana, que firmaron este lunes un plan de consultas políticas ministeriales para el período 2020-2022 y abordaron la profundización de los lazos en las esferas económica, de inversión y cultural y humanitaria, escenificaron así la unión de dos «aliados estratégicos» frente a Estados Unidos.
El canciller cubano indicó que la reciente activación del Título III de la Ley Helms-Burton por el gobierno de Donald Trump «es un paso más en la agresiva aplicación excesiva de leyes estadounidenses contra terceros países y una gruesa violación de la soberanía de todos los Estados y del derecho internacional».
La ley permite a los estadounidenses –incluidos los cubanos nacionalizados– demandar en los tribunales de Estados Unidos a compañías que se beneficien de terrenos o inmuebles que les fueron expropiados en la isla tras la revolución de 1959. «Estamos preparados para enfrentar las consecuencias económicas que se deriven de ellas, sabiendo que siempre tendrán costos económicos y también humanitarios, pero que no conseguirán nunca doblegar la voluntad de nuestro pueblo», afirmó Rodríguez.
Aseguró que la medida será «inaplicable», dado que Cuba se dotó en 1996 de la denominada Ley 80 que declara ilícita la Ley Helms-Burton y que, por tanto, «defenderá los intereses de la economía, sus empresas, sus ciudadanos y también de sus contrapartes de comercio e inversión de terceros países». El canciller recalcó que los socios de La Habana en comercio, inversiones, turismo y otros ámbitos «han expresado que persistirán en sus negocios legítimos» en Cuba.
Cuba y Rusia también son aliados firmes, junto con China, Turquía, Nicaragua y Bolivia, en su apoyo a Nicolás Maduro, en contraposición de Estados Unidos y otros 50 países de Europa y América Latina que respaldan al presidente interino de Venezuela, el jefe del Parlamento, Juan Guaidó.
«Hay que rechazar tajantemente el intento de declarar vigente la Doctrina Monroe por parte del gobierno estadounidense en un acto de dominación imperialista que pertenece a otra época», opinó Rodríguez, quien recordó que la invocación de esa medida en América Latina, considerada imperialista, «generalmente ha estado acompañada por el uso de la fuerza militar y la llamada diplomacia de las cañoneras».
Lavrov dijo que el gobierno de Trump «está haciendo esfuerzos para asegurar que las diferencias ideológicas entre la oposición y el gobierno conduzca a una confrontación militar» en Venezuela. «Es una señal de la falta de respeto completa hacia los países latinoamericanos que quieren resolver ellos mismos sus diferencias, tal y como decidieron hace cinco años» en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuando optaron por «ser para siempre una zona de paz».
No obstante, tanto Rodríguez como Lavrov apoyan la iniciativa de diálogo entre las partes enfrentadas lanzada por el gobierno noruego en Oslo, si bien subrayaron hoy que todo proceso debe ser dirigido exclusivamente por los venezolanos.
«Cuba apoyará cualquier iniciativa dirigida a promover el diálogo respetuoso basado en la igualdad soberana, con estricto apego a los principios del derecho internacional, en particular el no uso, ni la amenaza del uso de la fuerza, la no injerencia y la no intervención en los asuntos internos de los Estados», señaló Rodríguez.
Lavrov expresó dudas acerca de la neutralidad del diálogo, al afirmar que Estados Unidos «designará previamente» a los representantes de Guaidó y «preseleccionará» la agenda de la discusión, que, a juicio de Washington debe centrarse solo en «los términos y las fechas de la renuncia de Maduro».
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