El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció este lunes “presiones” de Estados Unidos a países latinoamericanos para obtener su voto contra el proyecto de resolución que Cuba presenta cada año ante Naciones Unidas para condenar el embargo impuesto por Washington a la isla.
Rodríguez subrayó que estas presiones las realizaron embajadas de Estados Unidos en las capitales de seis países latinoamericanos que no mencionó.
Desde 1992, la Asamblea General de Naciones Unidas ha aprobado todos los años un texto denunciando los efectos negativos de la política estadounidense. Pide su fin, aunque no tiene carácter vinculante.
El 6 y el 7 de noviembre ese órgano de la ONU se reunirá para discutir y votar una nueva resolución de condena propuesta por La Habana.
Rodríguez subrayó que “en la penúltima semana de octubre se convocaron en Washington por el Departamento de Estado las embajadas de cuatro países latinoamericanos con el objetivo de obtener su voto en contra de dicho proyecto de resolución”.
Indicó que “el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América viene desplegando intensas acciones de presión y chantaje contra Estados miembro de las Naciones Unidas. El propósito es erosionar el patrón de votación de la resolución de la Asamblea General sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
El jefe de la diplomacia de la isla declaró que “Cuba sabe que cuenta con el apoyo unánime de los pueblos latinoamericanos y del planeta. Espera que ningún gobierno de la región se someta a los dictámenes anticubanos de Washington”.
Aprobación de la resolución
El año pasado, el gobierno de Estados Unidos intentó sin éxito añadir varias enmiendas al documento presentado por La Habana a la Asamblea General. En estas se denunciaba la situación de las libertades y los Derechos Humanos en Cuba.
FLa resolución se aprobó con el voto favorable de 189 de los 193 países de la ONU. Eso representa dos votos menos que hace un año dado que Ucrania y Moldavia optaron por no votar.
Estados Unidos e Israel, como es habitual, fueron los únicos dos miembros que se manifestaron en contra del texto.
“Es un ejercicio ritual para acusar a Estados Unidos por la mala gestión del propio régimen de Castro”, aseguró la misión de Estados Unidos en la ONU.
“El régimen es el responsable directo de obstaculizar el crecimiento y la prosperidad de Cuba”, dijo la misión estadounidense ante Naciones Unidas.
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