Según el índice de referencia del banco suizo UBS, la Ciudad de Panamá es la ciudad latinoamericana más cara del mundo, seguida de Buenos Aires y Santiago de Chile.
El informe, que se publica desde 1971 y se encuentra en su décima séptima edición, compara los precios y salarios de 77 ciudades internacionales mediante la evaluación de 128 precios de varios bienes y servicios, así como los ingresos medios de 15 profesiones que representan a la población activa media.
En el ranking global, Ciudad de Panamá se sitúa en el vigésimo primer puesto de las ciudades más caras del mundo por detrás de las tres primeras, Copenhague, Nueva York, Tokio, Milán, Londres, Chicago, Helsinki, Sydney, París, Auckland, Estocolmo, Luxemburgo, Seúl, Dublín, Bruselas, Tel Aviv y Los Ángeles.
A Ciudad de Panamá le siguen con cierta distancia Buenos Aires, que figura en el puesto 45, Santiago de Chile (49), Sao Paulo (52), Río de Janeiro (56), Lima (61), Bogotá (65) y Ciudad de México (69)
Las ciudades españolas Madrid y Barcelona se colocan a su vez en los puestos 34 y 40, respectivamente por carestía.
En la comparativa internacional, si se incluye el precio de los alquileres en la cesta de los gastos, las ciudades más caras son Zúrich, Ginebra y Nueva York, frente a las más baratas (tanto si se incluye como no el alquiler) que son El Cairo, Lagos y Kiev.
Los salarios brutos son los mejores en Ginebra, Zúrich y Luxemburgo y los peores en El Cairo, en Bombay y en Nueva Delhi.
En cuanto al poder adquisitivo -medido por el salario anual neto- el primer puesto es para Los Ángeles, por delante de Zúrich y Miami frente a las menos pudientes Lagos, El Cairo y Yakarta.
UBS recalca que, en general, los habitantes de ciudades europeas y norteamericanas suelen disfrutar del mayor poder adquisitivo.
La capital de Baréin, Manama, y Hong Kong, son las únicas aspirantes no transatlánticas entre las diez principales ciudades.
Las capitales financieras del mundo, Nueva York y Londres, se sitúan en los puestos 10 y 23 respectivamente en el índice del Poder Adquisitivo de UBS.
Las diferencias mundiales del poder adquisitivo resultan patentes cuando se analiza lo que tienen que trabajar los ciudadanos en cada ciudad por ir a la peluquería, poder comer un Big Mac o comprarse un iPhone.
Así, un corte de pelo estándar de mujer cuesta 94,32 dólares en Zúrich, mientras que vale solo 22,60 en Kiev, 12,17 en Ciudad de México y 7,5 en El Cairo.
No obstante, mientras que una mujer en Zúrich generalmente debe trabajar solo 3,05 horas para permitirse este servicio, el mismo gasto requiere 12,09 horas de trabajo en Kiev, 5,86 en Ciudad de México y 6,11 en El Cairo.
Los que menos minutos tienen que trabajar para comprarse un Big Mac son los residentes en Hong Kong, Taipei y Tokio, mientras que los que más esfuerzos tienen que hacer son los de Nairobi, el Cairo y Lagos.
Para hacerse con un iPhone los que menos tienen que dedicarse a trabajar son los trabajadores de Zúrich, Ginebra y Los Ángeles y los que más los cairotas, los residentes de Bombay y de Nueva Delhi.
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