El ex presidente ecuatoriano Rafael Correa, instó este miércoles al actual mandatario de su país, Lenín Moreno, a convocar elecciones anticipadas, ante las protestas ciudadanas contra medidas económicas que tomó en los últimos días. Asimismo, el ex mandatario se ofreció como candidato, pese a que cree que no le «dejarán» participar.
«Si es necesario que sea candidato, lo seré. A mí me inhabilitaron, entre comillas, para ser presidente, porque todo fue ilegal, todo fue inconstitucional. Pero de vicepresidente para abajo, yo no tengo ningún problema para participar», indicó en el Parlamento Europeo.
A su juicio, las autoridades ecuatorianas van a crear problemas y tratarán de impedir su participación porque saben que él los derrotaría.
El ex mandatario, que fue presidente de Ecuador entre 2007 y 2017, que actualmente reside en Bélgica, recordó que durante el gobierno de Moreno le han abierto, «sin pruebas», más causas judiciales que «a Al Capone, Pinochet y el Chapo Guzmán juntos». Y que si regresa a su país, será encarcelado.
Acusaciones sin pruebas
«Que me metan preso, pero que me dejen inscribirme. No, me van a meter preso primero y no me van a dejar inscribirme», lamentó.
Sobre una posible participación electoral, dijo no estar seguro de que ganaría, aunque aseguró tener confianza en el pueblo ecuatoriano.
Correa rechazó las acusaciones de que está detrás de las marchas indígenas y las protestas en contra de medidas como la eliminación del subsidio a los combustibles. Negó especialmente, las alegaciones de que había viajado a Venezuela, para instigar junto a Nicolás Maduro, las movilizaciones.
«Dicen que ahorita estoy en Venezuela. Por si acaso, vean los informes, con pelos y señales, en los que dicen que ayer estuve reunido con Maduro, y que es él que financia la desestabilización. Esto es de locura, es algo demencial», dijo.
Lamentó que el gobierno ecuatoriano «construye ese relato, lo repiten y creen que en la repetición está la demostración». A su vez, garantizó que «jamás va a poder presentar una prueba, porque no es cierto».
Para Correa, ellos son los golpistas, mientras que él y los manifestantes, «lo que estamos pidiendo es la salida que establece la Constitución, una salida democrática».
Puso como ejemplo el caso de España y la moción de censura que terminó con la presidencia del conservador Mariano Rajoy el año pasado.
«Si asume (el poder el socialista) Pedro Sánchez, a nadie se le va a ocurrir que se rompió la democracia, es parte de la democracia y parte del Estado de derecho lo que pasó en España», comentó.
«Si anticipa elecciones Pedro Sánchez, como lo ha hecho después de nueve meses, a nadie se le va a ocurrir que hay una inestabilidad. Se están resolviendo los conflictos en el marco constitucional y en democracia», agregó.
Mecanismos democráticos
Aseguró que Ecuador tiene esos mecanismos, que «establecen la anticipación de elecciones en casos de grave conmoción social, que es lo que estamos viviendo, para resolver ese conflicto de manera pacífica y democrática».
«Que la gente vote en las urnas, como se deben resolver los conflictos en democracia», pidió. Agregó que «no lo quieren hacer, porque saben que la respuesta va a ser más fuerte que la que están recibiendo en las calles, que van a ser arrasados en las urnas».
Sobre las movilizaciones, apoyó «que la gente siga defendiendo sus derechos con firmeza, pero en paz. Porque buscan cualquier excusa para la represión».
En ese sentido, denunció que hay represión brutal en Ecuador, que ha dejado ya muertos.
«Y por qué no van a salir los manifestantes a la calle este miércoles. Tienen que cuidarse, pero tampoco se van a dejar amedrentar» por el temor a la represión, indicó.
Por lo que respecta a la mediación que ha ofrecido la ONU y la Iglesia católica en la crisis, dijo desconfiar de los interlocutores concretos que estarían implicados por su proximidad al gobierno.
En cuanto al papel de la Unión Europea, Correa lamentó que la actual crisis ecuatoriana «ni siquiera figura en su agenda» y que toda la atención en Latinoamérica la acapare Venezuela.
Criticó esa doble moral y aseguró que el caso en su país es diferente, porque «ocurre con un gobierno de derechas que persigue a los líderes progresistas».