Canadá se ve sacudida este jueves tras el hallazgo de cientos de tumbas anónimas en el lugar donde funcionaba un internado para estudiantes indígenas gestionado por la Iglesia católica, menos de un mes después de la aparición de los restos de 215 niños en otro centro similar.
Los líderes de la comunidad y la Federación de Naciones Indígenas Soberanas de Saskatchewan anunciaron este jueves en conferencia de prensa que se trata de más de 750 tumbas cerca del antiguo internado de Marieval, en la provincia de Saskatchewan.
«Hasta ayer, hallamos 751 tumbas sin nombre», dijo a la prensa el jefe de la Primera Nación de Cowessess, Cadmus Delorme, quien aclaró que no se trata de una fosa común.
La noche del miércoles, la comunidad de Cowessess había dado cuenta del «descubrimiento horroroso e impactante de cientos de tumbas sin marcar» durante excavaciones en torno a esa escuela residencial, ubicada unos 150 km al este de Regina, la capital de Saskatchewan.
Unos 150.000 niños nativos, mestizos e inuit fueron reclutados a la fuerza hasta la década de 1990 en 139 de estos internados en todo el país, donde fueron aislados de sus familias, idioma y cultura.
Muchos de ellos fueron sometidos a maltratos y abusos sexuales en estos centros educativos, donde más de 4.000 alumnos hallaron la muerte, según una comisión de investigación que concluyó que Canadá perpetró un auténtico «genocidio cultural».
Las excavaciones en torno a la antigua escuela de Marieval comenzaron a fines de mayo tras el hallazgo de los restos de 215 escolares enterrados en el sitio de otro internado en Kamloops, en la Columbia Británica, la provincia más occidental del país.
«Trágico pero no sorprendente»
Ese descubrimiento conmocionó a Canadá y reabrió el debate sobre estas odiadas instituciones donde los niños indígenas eran enviados a la fuerza para ser asimilados a la cultura dominante.
Asimismo, reavivó los llamados para que el Papa y la iglesia se disculpen por los abusos y la violencia infligida a los estudiantes. El sumo pontífice se negó a presentar disculpas, generando y frustración e ira en las comunidades indígenas canadienses.
En tanto, expertos en derechos humanos de la ONU instaron a Ottawa y al Vaticano a realizar una investigación rápida y completa sobre la gestión de esos internados.
«Es absolutamente trágico, pero no sorprendente», tuiteó Perry Bellegarde, jefe de la Asamblea de las Primeras Naciones, que representa a más de 900.000 indígenas en Canadá.
El internado de Marieval, en el este de Saskatchewan, acogió a niños aborígenes entre 1899 y 1997 antes de ser demolido dos años más tarde y reemplazado por una escuela diurna.
Preguntado por la emisora CBC, Barry Kennedy, un exresidente de la escuela de Marieval, consideró que este nuevo descubrimiento es apenas la punta del iceberg.
«Imagino, sabes, por las historias que nos han contado nuestros amigos y compañeros, que hay varios lugares, por escuela», explicó.
«Tenía un amigo que fue arrastrado afuera una noche, estaba gritando», recordó. Nunca lo volvió a ver. «Su nombre era Bryan … quiero saber dónde está Bryan».
«Descubrimos la violación (…) los golpes violentos. Nos hicieron descubrir cosas que no eran normales en nuestras familias», agregó Kennedy.
Tras el hallazgo de los restos de niños en la escuela de Kamloops, se iniciaron excavaciones en varias de estos antiguos internados en todo Canadá, con la ayuda de las autoridades gubernamentales.
Los dirigentes de la comunidades autóctonas aguardan más horrendos descubrimientos en los próximos meses.