El fiscal alemán que investiga la posibilidad de que un nacional de ese país, Christian Brueckner, haya asesinado a Madeleine McCann, dijo este lunes que ha restablecido contacto con los padres de la niña.
En declaraciones al periódico británico Mirror, Hans Christian Wolters indicó que les informó mediante una carta que Maddie fue asesinada, pero que no les puede decir por qué llegó a esa conclusión, dado que hacerlo pondría en peligro el éxito de la investigación.
«Es más importante que tengamos éxito y capturemos al culpable, en vez de poner nuestras cartas sobre la mesa explicándoles por qué creemos que su hija está muerta», aseguró.
Wolters ha manifestado en numerosas ocasiones que trabaja bajo la premisa de que la niña, secuestrada en Portugal en 2007, no está viva. Su última declaración al respecto fue un relato de como Brueckner, de 43 años de edad, le habría quitado la vida «relativamente rápido».
En declaraciones al The Times, de Londres, indicó que el hombre, quien está actualmente en prisión, habló sobre el asunto con otro pederasta en foros online y le contó detalles de cómo había sido el brutal crimen de la menor.
Los deseos del presunto asesino
De acuerdo con el relato del fiscal al diario, Brueckner escribió en aquella discusión acerca de su deseo de «atrapar algo pequeño y usarlo durante días». Cuando el otro delincuente sexual le preguntó si no tenía miedo de que lo atraparan las autoridades policiales, agregó: «Si la evidencia se destruye…».
A partir de estos comentarios escalofriantes, Wolters sospecha que Brueckner actuó rápido para deshacerse del cuerpo de Maddie. «Mi opinión privada es que él mató relativamente rápido a la niña, posiblemente abusó de ella y luego la mató», dijo el fiscal.
Y añadió: «Creemos que nuestro sospechoso cometió más delitos, especialmente delitos sexuales, posiblemente en Portugal, pero también en otros lugares, como Alemania».
Amplio historial de abusos
Brueckner tiene un amplio historial delictivo: asciende a 17 casos comprobados que van desde agresiones a robos o asuntos relacionados con drogas. Su primer juicio por un delito sexual fue en 1994, cuando tenía 17 años de edad y lo condenaron en Baviera por abusar de un niño.
Actualmente cumple condena por una violación cometida en 2005 en Portugal, cuya víctima fue una estadounidense de 72 años de edad, a la que ató, pegó, agredió sexualmente y finalmente robó. No lo detuvieron y procesaron hasta 10 años después, a raíz de las pruebas de ADN realizadas en un cabello que encontraron en el lugar de los hechos.