Rudy Giuliani, antiguo colaborador del expresidente Donald Trump y exalcalde de Nueva York, fue condenado a pagar más de $148 millones a dos mujeres por afirmar falsamente que manipularon votos en las elecciones presidenciales de 2020.
Un juez ya había declarado a Giuliani responsable de hacer afirmaciones difamatorias sobre las trabajadoras electorales de Georgia, Ruby Freeman y su hija Wandrea «Shaye» Moss.
El veredicto se conoció tras una audiencia de cuatro días para determinar la pena.
El viernes, el jurado –compuesto por ocho personas– ordenó el pago de US$20 millones por difamación a cada una de las víctimas.
Además, dictaminó que cada una de ellas recibirá más de US$16 millones por daños emocionales y ordenó el pago de US$75 millones por concepto de daños punitivos.
A la salida del tribunal, Giuliani dijo: «No me arrepiento de nada».
Michael Gottlieb, el abogado de Freeman y Moss, aseguró durante el alegato final que Giuliani fue el «paciente cero» de la desinformación.
Explicó que, durante los tres días de pruebas y testimonios, el jurado había «experimentado una pizca del horror que sufrieron [las señoras Freeman y Moss]».
En su opinión, era necesario imponer una fuerte sanción económica para «enviar un mensaje» a Giuliani y a «cualquier otra figura poderosa con una plataforma».
Se esperaba que Giuliani testificara este jueves en su defensa, pero los planes se cancelaron de manera abrupta.
«Sinceramente, no creí que sirviera de nada», declaró Giuliani el viernes tras conocerse el veredicto y añadió que pensaba apelar la «absurda» pena.
Giuliani tiene una fortuna valorada en unos US$50 millones, según una estimación de CBS News, socio de la BBC en Estados Unidos.
Antes de conocerse la condena, sus abogados instaron a los miembros del jurado a ser comedidos al considerar la pena.
Afirmaron que, aunque el exalcalde de Nueva York difundió mentiras tras las elecciones presidenciales de 2020, no era tan responsable –ni tan malicioso–como argumentaban los abogados de las dos mujeres.
«El dinero no resolverá mis problemas»
En su testimonio ante el tribunal en Washington DC, Freeman relató que tuvo que huir de su casa después de que un grupo de partidarios de Trump se reuniera afuera y que el FBI le aseguró que estaba en peligro.
El incidente se produjo después de que Giuliani compartiera un video en el que, según él, aparecían pruebas de manipulación de papeletas electorales.
«Me lo tomé como si fueran a colgarme con sus cuerdas en mi calle», afirmó Freeman. «Estaba asustada. No sabía si venían a matarme».
Freeman dijo que se quedó aislada por las acciones de Giuliani. Sus amigos y conocidos empezaron a temer que se les relacionara con ella y se vio obligada a llevar una vida de reclusión por el persistente temor a ser reconocida en público.
En declaraciones a la prensa, las mujeres afirmaron que es posible que interpongan más demandas contra otros personajes públicos que han difundido mentiras sobre ellas.
«También ellos deben rendir cuentas», afirmó Freeman.
«El dinero no resolverá todos mis problemas», añadió. «No puedo mudarme a casa, siempre tendré que tener cuidado… Echo de menos mi casa, echo de menos a mis vecinos y echo de menos mi nombre».
Otros casos legales en su contra
El juicio en Washington DC fue solo uno de los casos legales que enfrenta Giuliani.
En Georgia, Giuliani está acusado de cargos penales por hacer declaraciones falsas sobre las elecciones de 2020. Giuliani se declaró inocente.
Además, una antigua socia le demandó por US$10 millones por acoso sexual.
Y según recientes declaraciones del Servicio Interno de Impuestos, Giuliani debe más de medio millón de dólares en impuestos federales.
En septiembre, Trump ofreció una cena que costaba US$100.000 en su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey) para recaudar fondos para la defensa legal de Giuliani.
Durante el proceso de divorcio del Giuliani en 2018, se escucharon denuncias sobre sus gastos suntuosos. Su exmujer, Judith Giuliani, afirmó que en un periodo de cinco meses había gastado casi US$1 millón.
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