El multimillonario estadounidense Robert Durst, heredero de una conocida familia de Nueva York que maneja un patrimonio estimado de unos 4.000 millones de dólares, fue condenado por un juzgado de Los Ángeles en el caso del asesinato de su mejor amiga, Susan Berman, en el año 2000.
El caso cobró nueva vida hace seis años a raíz del estreno del documental The Jinx, en el que Durst aparentemente confesaba haber cometido el crimen.
Berman recibió un disparo en la cabeza en su casa de Los Ángeles cuando se preparaba para dar información a la Policía sobre el supuesto papel de Durst en la desaparición de su esposa, considerada muerta a falta de encontrar su cadáver, en 1982.
Según recoge la cadena estadounidense NPR, Berman era la confidente de Durst, y le había contado a sus amigos que había proporcionado una coartada al multimillonario tras la desaparición de su mujer.
Durst ya había sido condenado por destrucción de pruebas en el caso de la muerte de su vecino Morris Black, a quien mató durante una disputa y cuyo cuerpo desmembró y tiró al mar. No fue condenado por asesinato, ya que el juzgado entendió que se trataba de un caso de defensa propia.
El multimillonario ha negado en todo momento haber matado a Berman, asegurando que encontró su cadáver en el suelo de su habitación y mandó una carta anónima a la Policía para que encontraran el cuerpo porque temía que le culparan a él.
Sin embargo, según recoge NPR, el propio Durst admitió durante el juicio que sería «muy difícil» creer que él mandara la nota sin haber matado a Berman.