“Mami, yo me voy porque me toca, no hay de otra”, son las últimas palabras que Alex Molina recuerda haber escuchado de su hijastra. La niña es una de los siete menores que el 30 de agosto murieron en un bombardeo del Ejército contra un campamento de las disidencias de las Farc.
En el operativo, realizado en una zona rural de San Vicente del Caguán, murieron ‘Gildardo Cucho’, cabecilla del grupo, y otras 13 personas. Sin embargo, fue hasta la noche de este martes que se conoció que entre las víctimas había menores de edad entre los 12 y los 17 años. Esto causó un debate de moción de censura contra Guillermo Botero, ministro de Defensa.
“Ella me dijo: ‘mami, yo me voy porque me toca’ ”, recordó la madre de la menor en medio del llanto.
El pasado 12 de junio la menor había sido obligada a irse con alias el Viejo y una joven de nombre Lorena, novia de Cristian. Eran los encargados de reclutar a menores en esa zona del país, según indica la señora en su relato.
La familia vive en Villa Hermosa Alta, zona rural de Puerto Rico, en Caquetá, Colombia, reseñó El Tiempo.
La madre asegura que las autoridades no le permitieron ver el cuerpo de su hija. Solo con las huellas dieron la identificación de los restos, sepultados en ese municipio.
De los siete niños que murieron producto de los bombardeos del Ejército sobre el grupo residual del frente 62, tres permanecían documentados desde junio en el informe del personero de Puerto Rico. Así lo señala el informe del senador Roy Barreras, de ‘La U’.
Las denuncias señalan que en la región, este grupo venía ejerciendo el control del territorio. Durante varios meses se dedicaron al reclutamiento forzado de menores.
Los tres casos eran de las veredas Lucitania, Pringamosa y Villa Hermosa Alta, esta última era la zona donde nació y creció la niña, de 12 años. En los casos está también el de una joven de 17 años que fue raptada cuando iba a visitar a una hermana.
“La joven de 17 años estaba en vacaciones de la escuela, en zona urbana, fue de descanso a visitar a una hermana en zona rural y desde ahí desapareció. Desconozco si los otros niños estaban estudiando”, señala Herner Carreño, personero de Puerto Rico, Caquetá.
En la incertidumbre
Lo último que Mercedes Toledo y su nieta, de 17 años, planearon fue una visita de la joven al Huila. Desde hace 9 años vivía con su papá en la zona rural de Puerto Rico, Caquetá, y no se veían desde entonces.
“Ella estaba esperando que una tía viajara para poder venir con ella, pero desde eso, que fue hace rato, no volví a saber de ella. Ahora lo que nos dicen es que ella puede ser una de las víctimas”, asegura Toledo.
Su nieta se dedicaba a las labores del campo. Pasados los días sin tener noticias de ella, y los vecinos le empezaron a contar a su familia que la joven había sido raptada por grupos armados.
“Fuimos a Medicina Legal e hicimos todas las pruebas, pero no nos confirman si el cuerpo de la niña estaba en ese bombardeo. No he podido hablar mucho con el papá porque está muy desesperado, no quiere saber de nadie”, señaló Toledo..
Sobre el bombardeo al campo de las disidencias donde murieron siete menores, la abuela asegura que prefiere no opinar. Dice que “las leyes son las leyes y uno allá no se puede meter”.