El presidente estadounidense, Donald Trump, compareció este lunes por sorpresa ante la prensa en la Casa Blanca para posar junto a Conan, la perra herida en la operación que acabó con el líder del grupo yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi; y a la que condecoró por su fantástico trabajo.
«La perra es increíble. Tan brillante y tan lista», afirmó Trump, quien estuvo acompañado por el vicepresidente Mike Pence y su esposa, la primera dama Melania.
El can, una pastora belga Malinois, persiguió a Al Bagdadi por un túnel en un recinto situado en el noroeste de Siria hasta que el cabecilla del EI se vio acorralado y sin opciones de salir vivo. Luego de esto optó por detonar los explosivos que cargaba para suicidarse antes de ser capturado, en una operación llevada a cabo a finales de octubre.
El mandatario dio a conocer en primer momento el papel fundamental de la perra en la operación en el noroeste de Siria, de la que informó que había resultado herida.
Entre sonrisas, Trump advirtió a la prensa, con la que mantiene una tensa relación, acerca de la eficiencia de Conan.
«Está entrenada y si abren la boca, les atacará», subrayó.
Conan
Conan forma parte de la unidad «K-9» del Ejército estadounidense, formada por perros militares empleados para buscar y detectar explosivos, minas y drogas. Así como para perseguir ciertos objetivos, como ocurrió en el caso de Al Bagdadi.
El presidente subrayó que Conan ha participado en muchas otras importantes redadas militares, por lo que la calificó como la «mejor combatiente».
Con la muerte de Al Bagdadi, se puso fin a años de persecución de uno de los hombres más buscados por Washington después de que éste proclamara en 2014 el califato del Estado Islámico en amplias zonas de Siria e Irak.