Cuando un terremoto de magnitud 7,4 sacudió Taiwán el miércoles, quienes se encontraban en el rascacielos más alto de la isla, Taipei 101, estaban protegidas por un gran péndulo amarillo en el centro del edificio que ayudó a absorber el impacto.
Conocida como “amortiguador de masa sintonizado”, la esfera de acero de 730 toneladas está suspendida entre varios pisos en la parte superior del edificio, donde puede ser vista por el público. El observatorio es una atracción turística popular en la ciudad capital.
De 5,5 metros de diámetro, la esfera está compuesta por 41 discos y sostenida por 8 bombas hidráulicas, y contrarresta las oscilaciones, como ya ocurrió durante su construcción, cuando resistió un choque de magnitud 6,8.
La esfera se mueve hacia adelante y hacia atrás durante los terremotos o tifones que regularmente azotan la isla, absorbiendo la fuerza de cualquier “balanceo violento”, según el sitio web Taipei 101. Los ingenieros del amortiguador dicen que puede disminuir el movimiento del edificio hasta en 40%, reduciendo las náuseas que sienten sus ocupantes.
Se trata de una especie de péndulo gigante, explicó Renato Vitalani, exprofesor de ingeniería civil de la Universidad de Padua que la testeó, que equilibra las sacudidas, una especie de amortiguador de movimientos telúricos que evitó que el rascacielos, el undécimo más grande del mundo, se desplomara.
Imágenes de circuito cerrado de televisión del horizonte de Taipei en el momento del terremoto muestran el rascacielos en forma de pagoda apenas moviéndose. La cámara de seguridad, montada en otro edificio, tiembla violentamente.
El edificio se inclinó, pero resistió la increíble onda expansiva del terremoto. “En mi opinión, desde un primer análisis se inclina hacia la licuefacción del terreno”, indicó Vitalani.
Taipei 101 era el edificio más alto del mundo cuando se completó en 2004, título que mantuvo hasta 2009. Como sugiere el nombre, tiene 101 pisos y alcanza una altura de 508 metros, incluida su aguja.
Tiene otras características de diseño que aumentan su resistencia a los desastres naturales, incluidos 380 pilotes clavados profundamente en el suelo. El más profundo está hundido a unos 30 metros en el lecho de roca, lo que, según Taipei 101, “es similar a clavar todo el edificio sobre una placa tectónica sólida”. La energía se suministra al edificio a través de dos subestaciones, lo cual reduce el riesgo de un corte.
Taiwán, donde viven 23 millones de personas, es vulnerable a los terremotos debido a su ubicación en la zona sísmicamente más activa del mundo, conocida como el Anillo de Fuego. 10 personas murieron y más de 1.090 resultaron heridas en el terremoto del miércoles, el más fuerte que ha azotado la isla en 25 años. Un temblor de magnitud 7,6 sacudió el centro de Taiwán en 1999 y mató a más de 2.400 personas.
Taipei 101 no es el único rascacielos en Taiwán y en todo el mundo el que utiliza sistemas de amortiguación para la estabilidad, aunque es un caso raro en el que se exhibe la ingeniería.
Un error de diseño podría haber condenado a un rascacielos de Nueva York en la década de 1970, a pesar de que tenía un amortiguador de masa sintonizado, una característica de diseño avanzada en ese momento. El ingeniero del edificio tuvo que apresurarse para resolver el problema -que fue señalado por un estudiante universitario- a medida que se acercaba la temporada de huracanes.
Un video en el sitio web de Taipei 101 muestra la esfera balanceándose suavemente durante un ciclón en 2015, clasificado por los científicos como una de las tormentas más fuertes del mundo ese año.
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