Entre la desesperanza y el arrojo, así reaccionan los migrantes venezolanos a las medidas tomadas por el nuevo gobierno de Donald Trump, que por de pronto evita el paso por la frontera sur a Estados Unidos. La declaratoria de emergencia ha ido acompañada por la clausura de la aplicación CBP One, lo que llena de rabia a los migrantes.
“En este albergue tenemos a más de 100 migrantes venezolanos, hondureños, guatemaltecos, ecuatorianos y mexicanos, y aunque ya esperábamos esta suspensión del CBPOne, no deja de caer como un baño de agua fría”, señaló Angélica Macías Mejía, directora del Albergue Casa de la Misericordia y de Todas las Naciones, ubicado en la Ciudad de México, en declaraciones a La Silla Rota.
Macías sostiene un albergue tipo internado, donde llegan migrantes con trámites en curso, tales como la aplicación del CBP One, o casos legales que necesitan asesoría.
¿Cómo reaccionan los migrantes venezolanos a las medidas tomadas por Trump?
Jormary y Jesús se enteraron el lunes en la tarde que el nuevo gobierno de Trump dio de baja el permiso CBP One. Ante la noticia, la pareja de venezolanos decidió volver. Hace un año y cuatro meses que salieron de Venezuela.
“Nosotros pensamos regresar a nuestro país a más tardar en marzo, ya finalizando el mes”, confirmó Jesús, uno de los cientos de migrantes que se han asentado en la Plaza de La Soledad, en el barrio de La Merced, en Ciudad de México.
María de los Ángeles también es venezolana. Dice que ingresará a Estados Unidos de cualquier manera.
“Como sea yo voy a pasar, yo lo voy intentar con mis hijos, llevo tres hijos, la meta es la misma, es llegar a Estados Unidos, que mis hijos estudien, que puedan tener su medicamento, porque tengo un niño con una malformación congénita y mi sueño es poderlo operar”, indicó.
La mujer trabaja en una de las empresas de paquetería de La Merced.
Otros venezolanos en Ciudad Juárez
Margelis Tinoco, de 48 años de edad, ha estado siete meses en Ciudad Juárez, población fronteriza con Estados Unidos, esperando la cita para poder ingresar. La mujer es de origen colombiano. Su esposo, de 52 años, y su hijo de 13, son venezolanos.
“Cuando pensábamos que ya todo estaba logrado se viene abajo todo”, dijo entre lágrimas a El Diario de Juárez.
“Dios mío, Dios mío”, repitió una y otra vez.
Freddy Echeverría, otro venezolano, de 43 años de edad, gastó todos sus ahorros para acudir a la cita que le cancelaron.