El presidente de Argentina, Javier Milei, recibe este viernes en Madrid el premio Juan de Mariana 2024 por el impacto que están teniendo en su país sus medidas liberalizadoras de la economía.
Entre sus resultados más destacados se encuentra que la tasa mensual del IPC se ha reducido de 25% a 4% en la primera mitad de 2024. Además, las expectativas de inflación futuras se han reducido aceleradamente. El tipo de cambio de mercado del peso argentino con el dólar ha frenado una acusada depreciación y se ha estabilizado. Asimismo, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio real oscila ahora entre 20% y 40%, frente a la horquilla de 60%-200 % observada en 2022 y 2023.
Nada es gratis y un programa de ajuste como el que ha aprobado el nuevo gobierno argentino lleva asociada una brusca caída inicial de la actividad. En el indicador general de actividad económica (EMAE), el descenso de la producción se sitúa en torno a 8%. El Fondo Monetario Internacional espera que el dato final sea una contracción de 3%, alcanzándose una inflación de 150%. En cambio, la misma institución espera una subida del PIB de 5% en 2025, con una reducción de 70% en los indicadores de inflación. Así pues, el crecimiento volvería a ser una realidad en apenas un año, pero esta vez bajo fundamentos sostenibles.
Javier Milei ha planteado más de 300 medidas de desregulación y flexibilidad orientadas a facilitar un mayor dinamismo en los mercados. Cuando el liberal llegó al poder, el país figuraba en el puesto 145 del Índice de Libertad Económica. Estos cambios, pues, son fundamentales para revertir la deriva del país.
Tras asumir el poder hace seis meses, Javier Milei puso en marcha un plan de ajuste del gasto que ha aflorado un superávit fiscal equivalente a 0,2% del PIB durante el primer cuatrimestre de 2024. En paralelo, la política monetaria ha cambiado de rumbo. Para empezar, Argentina ha acumulado 12.000 millones de dólares de reservas netas para acabar con una situación insostenible como la que presentaba el país a finales de 2023, cuando la cifra neta de reservas internacionales era negativa. El proceso de saneamiento del banco central está en marcha. Esto ha permitido una caída del «riesgo país», que en el primer semestre de 2024 experimentó el mayor descenso de toda Hispanoamérica.
Milei se encontró con una herencia muy negativa al acceder a su cargo. El país estaba sumido en una clara tendencia hiperinflacionaria. Como en todo proceso de este tipo, la cantidad real de moneda se volvió escasa, por mucho que la cantidad nominal fuese gigantesca. A lo largo de los treinta últimos años, Argentina solamente ha registrado seis ejercicios con superávit presupuestario, el último de ellos en 2008. En 2023, el desequilibrio fiscal alcanzó 4,2% del PIB. Las obligaciones del Tesoro se han disparado a raíz de un manejo imprudente del presupuesto público, hasta el punto de que la deuda pública bruta saltó de 84,7 % del PIB en 2022 a 154,5% alcanzado en 2023. Se trata de la cifra más alta de toda Hispanoamérica.
«Para financiar un descuadre fiscal tan pronunciado, los sucesivos gobiernos peronistas y kirchneristas no acudieron masivamente a los mercados de deuda, conscientes del escaso crédito del país del Cono Sur, y tampoco subieron los impuestos tanto como hubiese requerido el agujero fiscal, temerosos de que esto aumentase su impopularidad entre los votantes», indica en un informe el Instituto Juan de Mariana. «La huida hacia delante elegida por la izquierda consistió en monetizar el déficit público, hasta el punto de que el aumento del activo del Banco Central fue casi idéntico al repunte del volumen de deuda pública atesorado por dicho organismo», concluyen.