Las Fuerzas Armadas de Ucrania tienen ahora mejor armamento, con apoyo de otros países, aunque tienen que seguir reforzándose para una guerra que puede prolongarse, pero en la que confían recuperar el terreno ocupado por Rusia, asegura a Efe el comandante Shkirkov Eugene.
Eugene dirige una unidad de fuerzas especiales, de las denominadas Kraken en Ucrania, de la que es comandante en una compañía dentro de un batallón.
Este hombre de mediana edad, que entre sus compañeros tiene el sobrenombre de Vikingo, dice que en la ciudad de Járkov, donde vive, y en sus alrededores, cerca de la frontera con Rusia, la situación es mejor que el 24 de febrero, cuando comenzó la invasión rusa, pero cree que queda tiempo para que acabe la guerra.
Queda mucha batalla
—¿Rusia está tratando de recuperar los territorios de los que fueron expulsados, podrá hacerlo?
—Pueden querer cualquier cosa, ¿pero les vamos a permitir conseguirlo? Miramos solo nuestros intereses, que los nuestros puedan regresar a casa.
—¿Su unidad recibe armas de otros países?
—Nuestra unidad recibe armas antitanque, tipo Javelin, también NLAW -bazucas-, desde el comienzo de la guerra, en cierta cantidad. Tenemos armas pequeñas, con el formato que usa la OTAN, más nuevas y modernas. Pero puede que necesitemos más armas pesadas.
—¿Dice que necesitan artillería pesada?
—Siempre es necesaria, en cualquier guerra. Ahora tenemos una gran diferencia cuantitativa en armas pesadas con los rusos, pero sería interesante tener más artillería o al menos vehículos blindados de transporte de personal.
—¿Cuánto tiempo puede durar esta guerra?
—Bueno, espero que en el otoño entendamos mejor cómo va la situación. Habrá una mejora significativa hacia nuestro lado. Debemos liberar toda la región de Járkov y debe haber buenas noticias de Jersón, sur, ocupada por Rusia.
—¿Es posible recuperar todos los territorios, incluidos Donbás y Crimea (controlados por Rusia)? ¿Será complicado?
Si hay suficiente ayuda. Si todos los recursos se asignan correctamente, podemos. Sabemos luchar y lo hacemos con éxito. Rusia ya está utilizando todas sus armas y todos sus recursos. Ya están disparando todo lo que les queda.
Voluntarios para la guerra
—Cuéntenos sobre su unidad Kraken, ¿quién lucha en ella?
—El batallón fue fundado en 2022. Es un batallón de asalto. No se basa en el Batallón Azov, pero incluye muchos de ellos, que sirvieron antes en el Azov 14, 15, 16, 17 años. Incluidos a los del Azov que estaban en reserva en Járkov y el 24 de febrero no tuvieron tiempo de regresar a Mariúpol. Pero la mayoría de nuestra gente es nueva y no es militar. 85 o 90% antes de la guerra a gran escala no participó en las hostilidades. Se trata de personas muy motivadas que han aprendido antes a portar armas, que han aprendido tácticas y que quieren expulsar al enemigo de su tierra, pero tenemos un número muy pequeño de soldados profesionales.
—¿Cómo es la vida de sus militares en el frente?
—Bueno, qué vida allí, disparan constantemente, la gente se mete en trincheras o refugios y hace su trabajo. Es peligroso, no somos una unidad ordinaria de las Fuerzas Armadas. Tenemos un objetivo: asaltar, derrotar, tomar posiciones y mantenerlas hasta que haya un equipo para avanzar. No nos quedamos esperando para defendernos, tenemos otros cometidos, somos una unidad de asalto, siempre nos estamos moviendo.
—¿Reemplazan al personal para descansar?
—Sí, de vez en cuando. Es difícil. A veces cambiamos los soldados, es difícil estar siempre en el frente.
—¿Tiene muchos soldados en su equipo?
—No damos esa información, pero los tenemos. Presentamos esta información a la finalización de ciertas operaciones. Pero tengo que decir que la situación no es crítica, aunque tenemos heridos, hay muertos, hay contusionados.
—¿Qué logros están haciendo? ¿Qué asentamientos liberó su unidad?
—Nos movemos muchos kilómetros hacia la frontera con Rusia. No sé, tengo que mirar el mapa, siete o diez.
Esperando la victoria
—¿Su unidad hizo prisioneros?
—Sí, muchos.
—¿Les entregan a servicios de seguridad ucranianos?
—Sí, a veces les sacamos algo de información, antes de entregarlos a nuestros servicios de seguridad, para intercambiarlos luego por los nuestros.
—¿Cuál es su sueño ahora?
—¿Mis sueños? Me gustaría acabar esta guerra y empezar una nueva vida. Totalmente nueva, desde cero. Mis valores cambiaron un poco y comencé a mirar el mundo de otra manera. Todo está destrozado y ahora queremos construir algo nuevo, tenemos una gran parte de la ciudad destruida, quiero participar en la reconstrucción.
—¿Qué le diría a otros militares ucranianos que también defienden su tierra, unas palabras para motivarlos?
—No sé cómo motivar a soldados como yo (ríe). Todos tienen mucha motivación. Puedo decir que lo están haciendo bien todos. A veces tenemos una situación difícil, pero todos los que conocí que pelean desde hace tres meses, cada uno es un héroe ya. A veces olvidamos que estamos luchando con la segunda fuerza (armada) en el mundo. La estadística oficial (de Ucrania) dice que Rusia ha perdido 30.000 solados. Rusia gasta mucho equipo militar. Mucho dinero. No sé si podrán recuperarse después de esto. Sé que la victoria será nuestra. Nosotros como militares haremos todo para ganar, todo lo demás dependerá de la política.