Colombia y Venezuela destacan entre los países de procedencia de los trabajadores extranjeros que llegan a España, colectivo que ya representa 13,6% del total de los ocupados, con un peso cada vez mayor en el mercado nacional.
El número de afiliados extranjeros a la Seguridad Social creció 75% en los 10 últimos años, hasta situarse en los 2,88 millones de personas, a mayor ritmo de lo que lo hizo la ocupación en general (23,3%), según los datos publicados esta semana por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Destaca un cambio en la composición de los países emisores, pues si hace 10 años China y Ecuador completaban el top 5 de las nacionalidades más frecuentes entre los trabajadores extranjeros en España -por detrás de Rumania, Marruecos e Italia-, en la actualidad Colombia y Venezuela se sitúan en la tercera y quinta posición.
Los colombianos, que ocupaban la sexta posición, se cuadruplicaron en 10 años, al pasar de los 54.690 afiliados en 2015 a los 222.217 en septiembre, lo que les sitúa en tercer lugar.
Cifra de venezolanos se multiplicó por 10
Los venezolanos ocupaban la décimo novena posición de la tabla y ahora son los quintos, al multiplicar por 10 los 16.631 ocupados de 2015, hasta situarse en los 168.019 en la actualidad.
Rumania ha ganado 45.000 afiliados y se mantiene como la primera nacionalidad extranjera con 337.392 trabajadores, seguida de Marruecos, con 325.611 ocupados, 135.000 más, e Italia, que bajó a la cuarta posición con 199.942, 122.700 más, mientras que los trabajadores chinos cayeron en la última década a la séptima posición.
Por actividades, los trabajadores extranjeros representan 44% entre los trabajadores del hogar, 33,8% en la agricultura, 28,8% en la hostelería y 24,6% en agricultura.
Menos segregación ocupacional
«La inmigración explica el 90% del crecimiento de la población activa en España desde 2021», destacaban recientemente en la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), cuyos análisis concluyen que los trabajadores extranjeros están cada vez en más ocupaciones y rechazan que esta situación perjudique de ninguna manera a los nacionales.
«No hay evidencia que permita sostener que la llegada de inmigrantes ha perjudicado las oportunidades de empleo de los nativos», resumía la investigadora de Fedea Raquel Carrasco, que también descartaba impactos en los salarios.
Este incremento de trabajadores extranjeros se está dando además con menores tasas de segregación ocupacional, es decir, ganan presencia en más sectores, especialmente entre los hombres y gracias en parte a la menor barrera de acceso que permite el idioma de las nacionalidades que ganan peso.
Desde 2019, recoge el informe de Fedea, aumentó la participación de los inmigrantes en prácticamente todas las ocupaciones, aunque siguen con mucho peso en algunas como el trabajo doméstico o los cuidados.