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Colombia despliega la mayor operación contra el lavado de activos del ELN

por Avatar EFE

El presidente de Colombia, Iván Duque, informó el domingo el despliegue de la mayor operación contra el lavado de activos de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de desmantelamiento de sus redes, que intentan apoderarse de los recursos públicos del departamento de Arauca (este).

Duque hizo este anuncio durante una visita sorpresa a Arauca, la capital del departamento del mismo nombre, fronterizo con Venezuela.

Arauca ha sido escenario de una guerra entre las disidencias de las FARC y del ELN que dejó al menos 30 muertos y varias familias desplazadas en los primeros días del año.

«El ELN ha pretendido movilizar recursos en este departamento. Pero, también, quedan notificados de que está en marcha la mayor operación de lucha contra el lavado de activos de esa organización en nuestro país», expresó Duque que entregó 24 motocicletas para el Ejército y 4 embarcaciones para la Armada.

El gobernante colombiano explicó que la operación pretende desvelar cómo contratistas y redes de empresas fachadas han tratado de lavar el dinero del terrorismo.

«Aquí va a quedar develado quiénes y de qué manera estaban nutriéndose de esas actividades criminales», indicó el mandatario al recordar que varios gobiernos locales han sido infiltrados por la criminalidad y por el narcoterrorismo.

En noviembre pasado, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá ordenó prisión para el exgobernador de Arauca Facundo Castillo por presuntos vínculos con el ELN.

La Fiscalía imputó al político los delitos de financiación del terrorismo y grupos de delincuencia organizada, administración de recursos relacionados con actividades terroristas y de la delincuencia organizada, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, peculado por apropiación en favor de terceros agravado y concierto para delinquir agravado.

Arauca es un departamento petrolero y agropecuario donde hace décadas se hizo fuerte el Frente de Guerra Oriental del ELN, ahora desafiada por el Frente 10 de las disidencias, que ocupó espacios dejados por las antiguas FARC y que se financia principalmente con extorsiones, secuestros y tráfico de drogas.