Mientras las instituciones de enseñanza de Sao Paulo permanecen cerradas por la pandemia del coronavirus, el Colegio español Miguel de Cervantes es una excepción. El centro recibe a los hijos de los médicos, enfermeros y técnicos que combaten el covid-19, fruto de una iniciativa del Hospital Israelita Albert Einstein.
El doctor Felipe Spinelli, líder del proyecto y director de Enseñanza del Hospital Einstein, explicó en una entrevista que la idea surgió cuando cerraron las escuelas de la capital paulista.
Entonces algunos profesionales de la salud empezaron a tener «dificultades» al no saber «con quién dejar a sus hijos», por ejemplo en casos de madres solteras o parejas en las que ambos son funcionarios del hospital.
«Percibimos durante la crisis cómo el equipo de la línea de frente estaba siendo muy exigido, con grandes jornadas y dificultades de descanso, que acababan generando un agotamiento profesional, una consecuencia mala para el servicio», lamentó Spinelli.
Encuesta entre funcionarios
Ante la necesidad de ofrecer un espacio para cuidar de sus hijos, el hospital organizó una encuesta interna entre sus funcionarios. Calculó que unos 300 alumnos podrían estar interesados en el proyecto.
El Colegio Miguel de Cervantes, cuyos estudios están reconocidos por el Ministerio de Educación de España, se encuentra en el pudiente sector paulista de Morumbi, a poco más de un kilómetro del Hospital, y fue el primero en aceptar el reto.
«Aceptamos automáticamente», dijo la directora gerente del colegio, Lourdes Ballesteros. La docente se mostró convencida de que «en este momento de dificultad» hay que «ayudar a las personas que están en la línea de frente».
Desde la semana pasada recibe alrededor de 80 niños entre 3 y 13 años de edad.
«La idea no es recrear una escuela con clases, sino con actividades para que los niños se entretengan sin estar expuestos al covid-19», indicó el doctor.
Actividades
Los alumnos son acompañados por unos 60 voluntarios que promueven actividades diversas, desde artes, hasta la lectura, pasando por el teatro y la educación física.
La mayor parte de ellas suceden en lugares al aire libre para evitar la aglomeración. El Colegio Cervantes cuenta con instalaciones de 60.000 metros cuadrados, que normalmente atienden a 1.500 alumnos.
Las medidas de prevención para evitar cualquier tipo de contagio en el local incluyen trabajar con grupos de entre seis y ocho niños. Deben estar separados por una distancia de dos metros entre ellos y sin intercambio de materiales o locales.
La escuela Porto Seguro, también en las proximidades del hospital, aceptó recientemente participar del proyecto en caso de que se necesitaran más lugares para atender la demanda, que está «aumentando gradualmente», según Spinelli.
El doctor hizo un llamado a otras instituciones y estados brasileños para emprender otras «acciones simples». O a replicar su idea que, en su opinión, es «fácilmente copiable».
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